Opiniones diversas

"Salman Rushdie es una víctima pero en mi opinión no es un héroe", escribe el novelista John Le Carré en The Guardian. "Lo siento por él y respeto su valentía pero no le entiendo". Tras recordar que cualquier persona familiarizada con el Islam sabe del fervor de sus seguidores, Le Carré señala: "No creo que exista nada malo con el fervor religioso. Los presidentes norteamericanos lo profesan casi como un ritual y nosotros lo respetamos en Cristianos y Judíos". Y añade: "De lo que hablamos en el caso de Rushdie es de la incompatibilidad de ideas acerca de la libertad. Durante largos períodos de la historia cristiana la libertad estaba limitada por lo sagrado. Ese es todavía el caso en el Islam" [ ... ] "Tampoco tengo claro hasta qué punto Rushdie, quizás inadvertidamente, provocó su propia desgracia. Su carta abierta al gobierno indio me pareció de una arrogancia casi colonial. La absoluta libertad de opinión no es un derecho divino en ningún país. Está mediatizada por el prejuicio, la idea de la moralidad y la idea de la decencia. Nadie tiene el derecho divino de insultar a una gran religión.Un presidente

La escritora surafricana Nadine Gordimer recuerda en el mismo periódico que en una nueva década, mientras aumentan las libertades en el mundo, un escritor sale de la prisión para presidir un país mientras que otro es perseguido a muerte alrededor del mundo. "Mientras vamos hacia el final del siglo XX, llevamos la abominación de la persecución de Salman Rushdie como una marca de Caín".

"¿Se debería publicar el libro Versos satánicos en rústica? Desde luego. La única cuestión es cuándo", escribe por su parte Luis Baum, editor de The bookseller.