Un equipo médico de EE UU consigue eliminar por primera vez el virus del SIDA de un paciente
Un equipo médico de la presstigiosa universidad John Hopkins, de Baltimore, ha conseguido por primra vez eliminar el virus del síndrome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA) del cuerpo de un paciente. La técnica consiste en aplicar un trasplante de médula ósea y AZT, la droga usada comúnmente para combatir el SIDA. A pesar del sensacional descubrimiento, los investigadores de la citada malversidad, prudentemente han advertido que será preciso que se realice muchas operaciones de este tipo antes de determinar con exactitud la efectividad del tratamiento.
Según informaron los médicos de la Escuela de Medicina de la John Hopkins, en una exclusiva adelantada por The New York Times y recogida ayer por todos los medios de comunicación norteamericanos, la eliminación de toda traza del virus del SIDA de un paciente de 41 años cuya identidad no ha sido revelada, se consiguió combinando un transplante de médula con el tratamiento de zidovudina o AZT, la única droga aprobada hasta ahora por las autoridades sanitarias norteamericanas para el tratamiento del virus.El paciente, que padecía un linfoma -una forma de cáncer muy común en las personas afectadas por el SIDA-, falleció después como consecuencia de la reproducción de su tumor canceroso. Pero, según informó Rein Saral, director del equipo médico de la John Hopkins, en la autopsia que se le practicó después no se pudieron observar síntomas del virus del SIDA en ninguno de los órganos analizados: cerebro, médula, riñón, pulmones e hígado. "Dentro de los límites de la detección [del SIDA]" declaró Saral a The New York Times, "el virus había sido completamente eliminado".
Destrucción de la médula
La operación a que fue sometido el paciente ha sido narrada por el equipo investigador en el último número de la publicación Anales de Medicina Interna. Según han explicado los médicos, el objetivo del transplante era intentar la cura del linfoma y la eliminación del virus del SIDA. Se trataba de destruir la médula del paciente por medio de dosis masivas de quimioterapia y radioterapia para después trasplantarle una nueva médula con el fin de conseguir el desarrollo de un nuevo sistema de inmunidad. Al mismo tiempo, los médicos decidieron aplicar al paciente una terapia a base de AZT, que impide la extensión del virus del SIDA a otras células.A los 32 días del transplante, un nueva médula se había desarrollado en el cuerpo del paciente, que no mostraba ya ninguno de los síntomas característicos del SIDA. Nueve días después se produjo el fallecimiento, como consecuencia de una reproducción del linfoma, pero la autopsia que le fue practicada después demostró que no había virus del SIDA. "Nunca habíamos visto una cosa igual", manifestó Saral, quien añadió que se habían utilizado las últimas técnicas en la posible detección de células infectadas por el síndrome.
Los médicos de la John Hopkins practicaron elpasado viernes otro trasplante de médula a otro paciente con las mismas características que el anterior, pero según Saral tendrán que pasar varios meses antes de que se pueda determinar si el segundo transplante ha sido un éxito.
La noticia del éxito de los investigadores de la John Hopkins ha conmocionado, a todos los centros médicos del país. Portavoces de dos centros especializados en transplantes de médulas, el Fred Hutchinson Cancer Research Center de Seattle -donde el tenor español José Carreras recibió un trasplante de médula ósea a finales de 1987- y el City of Hope Medical Center de Duarte, California, han anunciado que empezarán a practicar inmediatamente transplantes de médula a pacientes afectados con el virus del SIDA.
Frederick Appelbaum, del Fred Hutchinson, manifestó que el procedimiento utilizado por los investigadores de la John Hopkins da "alguna esperanza" en la lucha contra el SIDA, aunque se apresuró a advertir que se trataba de un sólo caso. "Es un caso fascinante, pero se trata de uno sólo", dijo. El médico manifestó que su centro sanitario se limitará en un principio a realizar intervenciones en pacientes afectados con SIDA que tengan linfomas o leucemia, únicas enfermedades que justifican un transplante de médula ósea.
Alta mortalidad
"Si se consigue eliminar, los síntomas del virus en esos pacientes", añadió, "entonces iniciaremos un programa de transplantes a otros enfermos que no tengan tumores cancerosos". El especialista advirtió sobre el alto índice de mortalidad en los pacientes que se someten a una operación de transplante de médula y manifestó que las personas que padecen un linfoma y el SIDA tienen un 25% de posibilidades de morir por el propio transplante. Jerome Broopman, del Hospital de la Diaconisa de Nueva Inglaterra. (Boston), manifestó: "Digamos que funciona; ¿puede imaginarse trasplantara un millón de pacientes?". En EE UU hay más de 100.000 enfermos de SIDA. Un problema será encontrar donantes, ya que la médula debe ser muy parecida a los tejidos del receptor para que el trasplante tenga éxito. El coste es muy alto: 10.000 dólares (más de un millón de pesetas), buscar un donante y entre 100.000 y 200.000 dólares (entre 11 y 22 millones de pesetas) por la operación.
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