¿Para qué la revolución?
La apertura del muro de Berlin ha calado profundamente entre los soviéticos.Durante un viaje a Denetzk (centro de la zona minera de Donbás, en Ucranía), esta corresponsal siguió los acontecimientos en la RDA no sólo por los boletines informativos en ruso emitidos en onda corta por emisoras occidentales como la Deutsche Welle o La Voz de América, sino también por los comentarios que éstos suscitaban entre los soviéticos.
El viernes, a 800 metros de profundidad en la mina El Periódico Donbás Socialista, nos dirigiamos hacia la superficie, De repente, mis tres acompañantes se pusieron a hablar de la RDA, y desde las tinieblas, una voz exclamó: "¡Es estupendo!, qué bien lo están haciendo!". Eran Alcksandr, Nikolaí y Oleg, dirigentes sindicales.
Nos sentamos a descansar frente a una compuerta cerrada y charlamos. Coincidieron en apoyar la apertura de fronteras y en considerar el suceso como extraordinariamente importante.Un día más tarde, en un tren que se dirigía de Donetzk a Moscú, un funcionario técnico de la empresa de carbón de Doribás, ya maduro, conversaba con una joven. "¡Qué vergüenza! Se van todos los alemanes, incluso los dirigentes", decía el funcionario. "Claro que allí [en la RFA], cada alemán tiene a otro alemán que le recibe. En cambio, nosotros., ¿quién nos va a recibir a nosotros si abren la frontera? A los judíos, aún. ¡Pobre país [la URSS], hay que ver lo que han hecho con él!". Y continuó: "¿Acaso se necesitaba la revolución? No. Destruyeron la flor y nata del país. Habría que haber puesto las bases de un capitalismo como en Occidente, y luego pasar a la socialdemocracia. ¡Pobre país!".
El funcionario decía haber oído por la radio que los alemanes estaban desmontando el muro con sus manos. "Eso sí es inteligente, así siempre podrán decir que ha sido el pueblo quien ha destrozado el muro, y además se ahorran el trabajo de mandar a los soldados a desmontarlo".
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