Los serbios votaron, por primera vez directamente, al presidente de la República

MIRJANA TOMIC "Decimos que los tiempos son malos. Son malos porque mala gente los hizo malos". Con esta explicación, la Alianza Socialista de Belgrado invitó a las elecciones, que se celebraron ayer en la República yugoslava de Serbia. En las elecciones locales y parlamentarias anticipadas, los serbios tuvieron la oportunidad de votar directamente, por primera vez, al presidente de su República, puesto actualmente ocupado por Slobodan Milosevic.

Una semana antes de las elecciones fue decidido que el presidente de la República fuera elegido directamente, y para que Slobodan Milosevic no apareciera en solitario en las papeletas, fueron añadidos tres nombres adicionales, cuyas posibilidades de ganar son mínimas.Las elecciones no han estado acompañadas de una campaña electoral, porque se vota un sólo programa político-económico, aunque para cada puesto se han presentado varios candidatos, generalmente desconocidos para los electores.

Hace varios meses, Serbia elaboró una plataforma política donde se estipuló la libertad de organización política de los ciudadanos y se garantizó el derecho a que un candidato pudiera presentarse en las elecciones si contaba con un apoyo de 30 firmas. Sin embargo, los candidatos potencialmente críticos al actual programa serbio fueron eliminados de las listas, lo que provocó las primeras voces de disidencia. "Son unas elecciones de los elegidos", escribieron en su carta abierta los profesores de la Facultad de Filosofía de Belgrado. "Cualquiera que siente una responsabilidad crítica frente a la crisis social, sólo puede boicotear este tipo de elecciones", sostienen los filósofos. "Elecciones sin posición", titula su documento el comité de protección de la libertad de pensamiento y expresión de Belgrado.Boicoteo

Algunos miembros de dicho comité participaron en la elaboración de la plataforma política serbia y se sienten abiertamente engañados, al ver que sólo los candidatos previamente ratificados podían presentarse. La Asociación para la Iniciativa Democrática Yugoslava boicoteó también las elecciones y proclamó: "Estamos en contra de las elecciones transparentes y la falsa democracia".

Slobodan Milosevic y su equipo necesitaban adelantar las elecciones para poder legitimar su lucha político-ldeológico-nacionalista en contra de otras Repúblicas yugoslavas. Desde que subió al poder en 1987, primero como jefe del partido y luego de la República, Milosevic ha logrado aglutinar el apoyo en torno a su campaña de la recuperación de Kosovo y las promesas de la democratización y la salida de la crisis económica. Desde entonces, sólo ha logrado una victoria precaria en la reconquista de Kosovo, pero las promesas políticas y económicas no se han materializado.Políticamente, Serbia se ha vuelto el bastión de la ortodoxia comunista y como tal está aislada dentro de Yugoslavia.Por otra parte, los pésimos indicadores económicos se justifican con la invención de los enemigos externos: el primer ministro, Ante Markovic, lleva, según los serbios, una política económica antiserbia. Para contrarrestar los malos vientos económicos provenientes del Occidente yugoslavo, el Gobierno serbio emitió en junio pasado un préstamo público de alrededor de 200 millones de dólares (pagables en dinares) y 1.000 millones de dólares pagables en divisas para el "renacimiento de Serbia". Pese a una campana publicitaria, que jugó abiertamente con los sentimientos patrióticos, la respuesta de la población y de las empresas no ha sido tan entusiasta al desconocerse el programa de inversiones. A sólo un mes de la clausura de la campaña, se ha conseguido un 57% de la suma en dinares y un 2,3% en divisas. Para paliar el fracaso, la Cámara de Comercio serbia elaboró la lista de empresas que deben contribuir en su conjunto con 300 millones de dólares. Así, el préstamo voluntario patriótico se ha vuelto obligatorio y las empresas y los empleados deben pagar.