Franz-Paul Decker considera "de locos" la reforma del Palau de la Música

Franz-Paul Decker, director titular de la Orquestra Ciutat de Barcelona, declaró ayer a este diario, tras su primer ensayo en el reformado Palau de la Música de Barcelona, que consideraba "de locos" las modificaciones realizadas en el escenario. Decker añadió que creía imposible ejecutar, con los actuales espacios disponibles, grandes obras orquestales, aunque añadió que tenía la impresión de que la sonoridad de la cuerda había salido ganando. Mañana la formación barcelonesa inaugura su temporada oficial con un concierto al que está previsto que asista la Reina Sofía."El efecto que me han producido las reformas en el escenario negativo", subrayó Decker, aunque podré opinar mejor después de varias actuaciones. Sin embargo, en estos momentos no veo cómo podremos interpretar el gran repertorio orquestal, por poner un ejemplo las sinfonías de Mahler".

La superficie del escenario ha quedado dividida aproximadamente por su mitad por un escalón, de 75 centímetros de altura, que oculta una viga necesaria, en opinión de los arquitectos Oscar Tusquets y Caries Díaz, responsables de la reforma-, para reforzar el suelo, ubicado encima de la gran bóveda de la antigua sala de ensayos del Orfeó Català, hoy nuevo espacio para conciertos de cámara.

Las proporciones normales de una orquesta sinfónica son de dos tercios de intérpretes de cuerda contra un tercio integrado por las restantes secciones. Diversas fuentes de la OCB consultadas por este diario coincidieron en señalar que la actual organización del espacio no ha tenido en cuenta dichas proporciones: mientras que las secciones de metal, madera y percusión, tendrán sitio sobrante, la cuerda deberá situarse en una superficie que, sin ampliaciones, está prevista para un total de 44 músicos.

Los instrumentistas de cuerda de la Orquestra Ciutat de Barcelona son en la actualidad 60. Cuando actúen en condiciones normales precisarán de una ampliación que ocupará las dos primeras filas de platea. Aún así, su director, Franz-Paul Decker duda que puedan situarse cómodamente.