Menem aplaza el indulto militar hasta después de la 'marcha de repudio'

El secretario legal y técnico del Gobierno argentino, Raúl Granillo Ocampo, confirmó que está "prácticamente definido" el indulto a los 17 generales y dos almirantes cuyo juicio aún continúa, acusados de graves violaciones a los derechos humanos durante la llamada guerra sucia contra la subversión. El presidente, Carlos Menem, tenía previsto anunciar su decisión el próximo fin de semana, según admitió el vicepresidente, Eduardo Duhalde, pero la firma de los indultos se postergó hasta que el Gobierno pueda medir el estado de la opinión pública tras la marcha de repudio convocada para esta noche por las organizaciones defensoras de los derechos humanos y los principales partidos de la oposición. Los diputados de la renovacion peronista, que controlan el partido en la Capital Federal, decidieron participar en. la marcha "porque los principios no son negociables".La solución al problema militar se pondrá en marcha por etapas. El presidente, en su condición de comandante en jefe de, las fuerzas armadas, resolverá primero la situación de los oficiales del Ejército de Tierra involucrados en los alzamientos de cuarteles entre 1987 y 1989. Para todos ellos se dictará una amnistía interna. El teniente coronel Aldo Rico, cabecilla de las sublevaciones de la Semana Santa de 1987 y de Monte Caseros en 1988, y los miembros de su estado mayor -dos tenientes coroneles y un capitán que actúan de portavoces- son los únicos que serán pasados a retiro. Rico y sus amigos, que están cumpliendo una "prisión preventiva" mientras el tribunal militar completa el sumario, fueron fotografiados vestidos de paisano tomando café en un bar céntrico.

Seineldín, el ideólogo

El caso del coronel Mohamed Alí Seineldín, el ideólogo de las conspiraciones, que encabezó finalmente la llamada operación Dignidad contra los mandos y se atrincheró en el cuartel de Villa Martelli en diciembre de 1988, aún no está decidido. Seineldín firmó un pacto con el general José Caridi, ex jefe de Estado mayor -del que fue testigo el actual jefe del Ejército de Tierra, general Isidro Cáceres-, por el cual ambos se comprometían a pedir la baja. Ahora, Cáceres, enfrentado a Rico, estaría dispuesto a aceptar que se le asignen a Seineldín "misiones especiales" como la formación de la fuerza contra el narcotráfico.

El propio presidente Menem distinguió a Rico de Seineldín, "porque el coronel mantiene una actitud prudente y permanece en silencio". El contacto de Seineldín y Menem se mantiene a través de los diputados de la derecha peronísta que visitan al coronel en su casa, donde continúa bajo arresto domiciliario.

Una vez resuelta la situación interna, Menem firmará el indulto para los 17 generales y dos almirantes acusados de participar en la represión ilegal de la guerrilla entre 1976 y 1983. Las audiencias de esos procesos, que debían reiniciarse esta semana, fueron postergadas hasta octubre.