Autorizada la venta de 50 toneladas de pollos ligeramente contaminados en Canarias

Las autoridades sanitarias españolas han permitido la venta en Canarias de varias partidas de pollos congelados -unos 50.000 kilos- con salmonella en la piel, procedentes de Francia y, probablemente, de otros países europeos, a pesar de que en un principio fue vetada su entrada en las islas. El levantamiento del bloqueo se produjo al acordar las administraciones española y francesa cambiar los criterios de control sanitario de las aves.

En el Gobierno Civil de Santa Cruz de Tenerife se aguardaban ayer con interés las conclusiones de una nueva reunión bilateral sobre el mismo asunto, celebrada el pasado lunes en Perpignan (Francia). Los exportadores franceses afectados presionaron ante sus autoridades para convencer a España de que no aplicara su legislación, que consideran muy rigurosa.La Dirección General de Salud Pública de la Consejería de Sanidad, Trabajo y Servicios Sociales del Gobierno de Canarias, competente en la vigilancia del consumo interior, emitió una nota oficial en la que descarta cualquier "riesgo para el consumidor". El titular de este departamento, Francisco Rivera, declaró que "en las pruebas practicadas en las partidas de pollos importados se comprobó que existía una pequeña cantidad de salmonella, que no tiene incidencia ni importancia, dada su proporcionalidad". El director general de Salud añadió que "esto suele ocurrir no sólo con los pollos importados, sino también con los que son sacrificados en el propio mercado local".

La incertidumbre que reina en la opinión pública ante el temor de que circulen en el archipiélago pollos contaminados para consumo humano se justifica por la forma en que se dio luz verde a su comercialización.

Las partidas de pollos enteros y congelados fueron interceptadas a principios del mes pasado en las aduanas canarias, según informó el periódico local Diario de Avisos, al registrarse la presencia de salmonella en las pruebas analíticas efectuadas por la Comunidad Autónoma, que había sido advertida sobre esta eventualidad por una orden de la Dirección General de Salud Alimentaria y Protección de los Consumidores.

La misma comunicación, que había sido trasladada también a los puntos fronterizos de La Junquera, Irún y Las Palmas, ponía en alerta sobre el citado peligro, al tiempo que ordenaba la paralización de los envíos de una marca de origen francés y el seguimiento periódico de las piezas de otra marca belga.

La inspección, que se llevó a cabo unidad por unidad, consistió en analizar la piel de las cabezas de los pollos, de conformidad con las normas sanitarias españolas. En cuatro contenedores se apreciaron resultados positivos.

Reconsideración

La decisión de frenar el acceso de las partidas a las islas en la aduana de Santa Cruz de Tenerife fue reconsiderada posteriormente, a raíz de los contactos que han mantenido desde el pasado 16 de junio los máximos responsables en alimentación por parte de los Gobiernos de España y Francia.Como consecuencia de este intercambio de puntos de vista, y ante la falta de una directiva europea sobre el particular, España ha asumido un nuevo criterio de control sanitario de las importaciones de carnes de ave, por el que sólo se da crédito a la presencia de salmonella y listeria si se detectan en la masa muscular profunda del pollo, ya que se entiende que cuando el germen es localizado en la piel, como en este caso, es fácilmente eliminable durante la cocción.