A su servicio, senor marqués
Minutos después de su toma de posesión como alcalde de Figueres, el 23 de mayo de 1983, Marià Lorca, mandó un telegrama a Dalí, recluido entonces en su castillo de Púbol: "A su servicio, señor Dalí", venía a decir el texto del envío, según un íntimo colaborador del alcalde. Ajeno al entorno del pintor, Lorca inició así su ascensión hasta convertirse, el pasado mes de noviembre, en portavoz oficial y depositario de la última voluntad del marqués de Dalí y de Púbol: ser enterrado en su museo de Figueres.Autonomista y liberal hoy en las filas de Convergéncia Democrática, Lorca ya había protagonizado, en sus tiempos de jefe del grupo municipal de Centristes de Catalunya, partido coaligado con la UCD española, un duro enfrentamiento con las restantes fuerzas representadas en el consistorio. Lorca defendió con éxito, desde la oposición y en contra de la opinión de socialistas, convergentes, republicanos y comunistas, que la plaza de Gala-Salvador Dalí debía seguir llevando este nombre y no el de plaza del Teatre, como propugnaban las restantes fuerzas.
Ya como alcalde protagonizó otras acciones espectaculares a favor de Dalí, como adelantar de su bolsillo los 40 millones que costó la compra de Torre Galatea, que con los años pasó a ser residencia del pintor, y negoció la conversión de la antigua fundación pública que gestionaba el museo Dalí en la actual entidad privada. Figueres recibió, a consecuencia del pacto alcanzado entonces con el pintor, una donación de 158 pinturas y dibujos, la mayoría originales de Dalí, con la condición de que fueran depositada, con carácter permanente en el museo del artista.
El traslado de Dalí a Figueres, tras sufrir graves quemaduras en el incendio de Púbol, y las cida vez más evidentes discrepancias entre los más íntimos colaboradores del pintor, propiciaron su progresiva entrada, en el entorno del artista, sin conseguir, pese a ello, que éste donara en vida su colección a la fundación. "El partido se ha perdido en el último minute", señaló ayer una fuente del entorno del alcalde. Queda por, ver si el Gobierno admitirá que se juegue una prórroga.
Babelia
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