El alcalde de Figueres propone que la Fundación Gala-Salvador Dalí gestione el legado del pintor

El alcalde de Figueres, María Lorca, remitirá hoy a los restantes patronos de la Fundación Gala, Salvador Dalí, y entre ellos al ministro de Gala, Jorge Semprún, una carta en la que se solicita su apoyo para lograr que el Estado encomiende a la misma la gestión del legado del pintor. Lorca se propone someter la propuesta a votación en la reunión que el patronato de la fundación -en el que están representados el Gobierno, la Generalitat y los ayuntamientos de Figueres y Cadaqués- debe celebrar antes del próximo 31 de marzo. La fundación "es la heredera espiritual de Dalí", subraya Lorca para argumentar la "legitimidad" de su propuesta.

La carta, cuyo texto se estaba ultimando anoche, será remitida al ministro antes de su encuentro con el presidente de la Generalitat, Jordi Pujol -que recibirá también su propio ejemplar-, prevista para hoy a las 11 de la mañana.La iniciativa de Lorca, formulada únicamente a partir de los deseos expresados por Dalí con motivo de la creación de la fundación, lleva implícito un -enorme contenido político, ya que, en el caso de ser aceptada, evitaría cualquier interpretación del término Estado, al que Dalí instituyó heredero universal de sus bienes. Se trataría, simplemente, de conjugar los intereses del Estado, como destinatario de los bienes materiales del pintor, y los de la fundación, "heredera espiritual del artista", según Lorca.

La eventual aceptación de la propuesta diluiría, además, el revés político que supone para el Gobierno de Jordi Pujol el hecho de que el legado de un pintor catalán de proyección internacional haya sido donado al Estado y sea gestionado únicamente por éste.

La composición del patronato de la fundación facilitaría, en opinión del alcalde, el acuerdo, ya que en el mismo están representados los tres niveles de la Administración -local, autonómica y central- y las personas que, a título particular y con carácter vitalicio, Dalí designó para velar por su obra en los términos fijados en el artículo cuarto de los estatutos de la entidad, que dice: "La fundación tiene por objeto, entre otros, promocionar, fomentar, divulgar, prestigiar, proteger y defender en el territorio del Estado español y en el de cualquier otro Estado, la obra artística, cultural e intelectual del pintor español Salvador Dalí".

Lorca cita, además, en defensa de su propuesta, la declaración fundacional del pintor, fechada en diciembre de 1983 -un año y dos meses después de la firma del testamento-, en la que éste manifiesta: "[que fue siempre su intención y deseo expresos los de convertir Figueres, la ciudad que me vio nacer y a la que tan entrañablemente me siento unido, en meca cultural y museística de España y del Mundo". Aunque, antecediendo a este párrafo, Dalí proclamaba su españolidad, al declarar: "[que toda su obra pictórica, artística y cultural] había sido destinada a esta querida Patria, madre de Patrias, que es España: Yo siempre he,pintado para el pueblo español, para el cielo del Ampurdán y para los Príncipes".

Ninguna mención a Cataluña, a menos que se interprete como tal la a usión a España como un país pli ral, una patria de patrias, con un: Ls gentes, o con un público, con o dijo el pasado jueves el ministro Semprún, "que tanto es catalán, como castellano, vasco o de cualquier otro sitio". Y ésta es, justamente, la dialéctica que intenti eludir la iniciativa de Lorca. El mismo temor se tiene a una interpretación restrictiva del Estade que a otra demasiado amplia.