La ganadería, la más afectada por la CE

La producción agraria en Galicia, pese a experimentar un aumento global del 3% en 1987, continúa registrando el impacto negativo de la adhesión a la Comunidad Europea (CE) -fundamentalmente en ganadería-, ya que el incremento de producto registrado en dicho ejercicio fue sensiblemente inferior al que tuvo la agricultura española en el mismo año, un 8,6%. Galicia, por tener una estructura productiva similar a la media de los países comunitarios, es la región española que más negativamente se ve afectada por el problema de los excedentes agrarios de la CE. Además, la comunidad gallega ha agravado su situación crónica de exceso de población activa agraria.

Éstas son algunas de las conclusiones más llamativas del voluminoso informe anual que todos los años desde hace 12, bajo la dirección del economista Gonzalo Fernández, publica el servicio de estudios de la Caja Rural de Orense. El informe, que se ha convertido en el principal análisis estructural y estadístico del sector primario gallego, incluye este año un capítulo adicional dedicado a identificar los primeros efectos que ha tenido la integración en la Comunidad Europea en el sector primario gallego.A estos efectos la conclusión es patética: a sus problemas tradicionales de ajuste agrícola Galicia ha añadido el derivado de acondicionarse a la CE y a los futuros cambios que implicará la reforma de la Política Agraria Común (PAC). Todo ello requerirá, dice el estudio "cambios en el conjunto del ciclo de actividad, entendido en sentido moderno, como a las estructuras agrarias, a las infraestructuras, al elemento humano y al entorno histórico. Las interrelaciones entre todas estas variables del proceso de modernización agrario tienden a intensificarse en la medida que se avanza por la senda del desarrollo

Pasos concretos

Para Gonzalo Fernández, la adaptación del sector agrario gallego a las necesidades que implica una economía integrada en Europa pasa por los siguientes pasos:1. La población activa gallega dedicada al sector primario deberá pasar del 40% actual a menos del 10% media comunitaria, cuando el cambio se haya consolidado. Esto exigirá programas de jubilación anticipada y el trasvase de una gran parte de sus recursos humanos a otras actividades, en industria y servicios, que exigirá a su vez la creación de estas oportunidades.

2. Adecuación de las estructuras de producción existentes, de forma que disminuya el número de explotaciones activas, aumento de su tamaño y cambios en la organización y funcionamiento de las que sobrevivan. Todo ello conllevará la aportación de soluciones imaginativas en el frente financiero capaces de facilitar recursos para este cambio.

3. Transformación industrial de los productos agrarios. Es decir, ampliación e intensificación del proceso de transformación industrial de los productos agrarios de forma que se obtenga una oferta agraria ajustada cuantitativa y cualitativamente a la demanda. Para ello será necesario que los agricultores produzcan para una industria agroalimentaria y no en exclusiva para unos consumidores individuales situados en la proximidad de la zona de producción.

4. Conocimiento e investigación sobre la demanda agroalimentaria. No hay que olvidar, dice el informe, que la investigación y formación de la demanda ha sido el motor que ha impulsado el desarrollo de la PAC en Europa y los actuales esfuerzos para modificarla. La información conlleva también el conocimiento de las necesidades y exigencias de los consumidores.

5. Actividad forestal y medio ambiente. Galicia puede ser un pivote de la transformación que la propia CE está registrando, en cuanto a la evaluación de sus necesidades forestales. La producción forestal gallega puede contribuir a resolver el déficit de madera que posee la CE, pero siempre que exista un equilibrio entre la producción y las necesidades del medio ambiente.

6. Ocio y turismo. La vuelta al medio rural, fenómeno que cada vez es más evidente en la Europa comunitaria, puede suponer un motor de desarrollo en Galicia, que tiene una amplia oferta en este capítulo. El regreso del emigrante a sus tierras de origen debe ser contemplado como una ocasión única para estimular el desarrollo de este sector.

El informe sobre la agricultura gallega en 1987 incluye, como es habitual, un amplio sumario y desarrollo de todos los datos estadísticos disponibles hasta la fecha sobre el sector correspondientes a dicho ejercicio. Así, el informe resalta que la producción agraria apenas creció un 3% en Galicia, frente a un 8,3% en el resto de España. Esto se debió a la disminución registrada por la producción ganadera, que perdió 1,6%, ya que el producto agrícola aumentó un 9,6%, la forestal un 6,4% y otras producciones un 7,1%. Los mayores incrementos de la producción agrícola correspondieron al vino, con aumento del 25,9%; flores, 17,01 %.; patatas, 16,3%, y leguminosas y granos, 14%. En descensos sobresalió la carne, con una producción que fue un 14,651. inferior a la del año anterior.

Precio de la tierra

En relación al precio de la tierra, y debido a la división de la misma, Galicia presenta los precios por hectárea más altos de España o, al menos, por encima de la media nacional.Galicia cuenta con 360.436 explotaciones agrarias con tierras, lo que sitúa a esta comunidad entre las primeras de España, sólo superada por Andalucía. La superficie total de las explotaciones censadas se cifra en Galicia en más de 2,2 millones de hectáreas.

La conclusión del estudio a este respecto es que Galicia cuenta con un excesivo número de explotaciones agrarias, ya que ésta es la causa de que su tamaño sea excesivamente pequeño. Un mejor dimensionamiento del tamaño de las explotaciones exigirá la reducción en el número de las mismas, lo que requiere, a su vez, un descenso importante en el número de agricultores. El informe apunta la necesidad de concentrar las explotaciones agrarias dentro de la Comunidad gallega