La 'contra' pide la incorporación de la oposición interna nicaragüense a las negociaciones de alto el fuego

ANTONIO CAÑO ENVIADO ESPECIAL, Las propuestas del Gobierno sandinista y de la contra se habían aproximado ligeramente, en relación a posiciones anteriores, antes de que diese comienzo ayer en San José la primera ronda de diálogo directo para la concertación de un alto el fuego en Nicaragua. Las dos partes aseguraron que se sentaban a la mesa de negociaciones sin condiciones previas y dispuestos a conseguir acuerdos lo antes posible, aunque la contra insiste en la necesidad de incluir en las conversaciones a la oposición interna. En su propuesta, hecha pública poco antes del inicio del diálogo, la contra elimina las condiciones para el alto el fuego.

También deja la puerta abierta a que tanto su duración como la determinación de las zonas en las que deban concentrarse los combatientes sean fijados durante la negociación. Prescinde así de su exigencia inicial de un territorio de 63.500 kilómetros cuadrados para el asentamiento de sus hombres. Los antisandinistas mantienen, sin embargo, su solicitud de incluir en la negociación las demandas políticas de los partidos que actúan en el interior de Nicaragua, y piden "la negociación tripartita entre el Gobierno del Frente Sandinista, la Oposición Cívica y la Resistencia Nicaragüense (RN)".RN propone que "la nueva ayuda letal que fuere aprobada por el Congreso de Estados Unidos sea puesta en reserva por un período de 30 días". Durante ese plazo se negociarán "las modalidades del cese el fuego" y "el calendario para poner en vigencia las demandas de la oposición interna, incluyendo las 17 reformas democráticas a la Constitución del régimen sandinista".Estas 17 reformas suponen la supresión de todo el carácter revolucionario de la Carta Magna nicaragüense. La contra y la oposición interna piden la eliminación de siete artículos que, según su criterio, crean "confusión entre Ejército Popular Sandinista, Frente Sandinista de Liberación Nacional y Estado".Asimisino, exigen la no reelección presidencial, la "clarificación del derecho de propiedad" y la "delimitación de facultades del presidente de la República". La pasada semana, el comandante sandinista llayardo Arce garantizó, ante una multitud de seguidores del Gobierno, que no habrá reformas constitucionales.

La propuesta de la contra añade que, durante el período de cese el fuego, el Gobierno nicaragüense y RN deben establecer los mecanismos para proceder a: "El desarme gradual de ambas partes, la desmovilización de quienes lo deseen, la repatriación de los asesores militares extranjeros, la integración de un solo Ejército nacional, la depuración de las nuevas fuerzas armadas y su reducción a un nivel compatible con la capacidad económica del país, con sus necesidades de seguridad y con el equilibrio necesario con las fuerzas armadas de Centroamérica". Exige, además, "un decreto de amnistía total e incondicional".Vía abierta

Aunque muchas de estas exigencias se antojan inaceptables para los sandinistas, observadores independientes consideran que, al no haberse planteado como condición previa a la discusión del cese el fuego, se abre una vía de negociación.

El Gobierno nicaragüense ha anunciado, por su parte, que trae nuevas propuestas a San José, "con voluntad e interés genuinos de avanzar en el proceso de concertación del alto el fuego", según declaró el jefe de la delegación sandinista, el vicecanciller Víctor Hugo Tinoco. "Si hay voluntad política, es posible conseguir un cese el fuego", añadió.

La propuesta del Gobierno de Managua acepta que Estados Unidos conceda ayuda humanitaria a la contra una vez que se haya logrado el alto el fuego en Nicaragua y si esa ayuda es canalizada a través de la Cruz Roja Internacional. Sobre el tema que se presenta más difícil, la inclusión en las negociaciones de exigencias políticas, el vicecanciller anunció la intención de resucitar el diálogo con la oposición interna, suspendido en diciembre.

Esta primera ronda de conversaciones directas, que está previsto que concluya hoy, se realiza con la mediación del obispo auxiliar de Managua, Bosco Vivas, en representación del cardenal Miguel Obando y Bravo, quien se encuentra en Roma para preparar la audiencia que hoy concede el Papa al presidente nicaragüense, Daniel Ortega.