Dos dirigentes de la 'contra' llegan hoy a Managua
Los dirigentes de la contra Alfonso Robelo y Azucena Ferrei tienen previsto llegar hoy a Managua para entregar en mano al cardenal Miguel Obando y Bravo sus propuestas para la concertación de un alto el fuego en Nicaragua. La oposición antisandinista intentará así aprovechar el efecto producido por el regreso a El Salvador de los dirigentes rebeldes Guillermo Ungo y Rubén Zamora para forzar al Gobierno nicaragüense a aceptar su entrada al país. El presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, condicionó el regreso de los dirigentes de la contra a su acatamiento de la ley de amnistía aprobada por la Asamblea legislativa nicaragüense.
Hasta ahora la posición de las autoridades nicaragüenses era la de que los dirigentes de la contra podrían regresar siempre que se acogiesen a la ley de amnistía aprobada por el Parlamento y cuya ampliación a los implicados en delitos de sangre no ha entrado en vigor todavía. Desde hace semanas, las autoridades sandinistas habían enviado a todos los aeropuertos desde donde salen vuelos hacia Managua, listas con los nombres de las personas a las que no se deben dejar embarcar con rumbo a la capital nicaragüense. Entre ellas están Robelo y Ferrei, por lo que parece posible que, en el caso de que lleguen, no sean autorizados a entrar en territorio nicaragüense.Un portavoz oficial de Resistencia Nicaragüense (RN) en San José, confirmó telefónica a EL PAÍS que Robelo y Ferrei, al frente de una delegación del directorio de RN, tienen previsto estar en el arzobispado de Managua a las 12.30 de hoy (19.30 hora peninsular). El mismo portavoz se negó a comentar cualquier otro detalle sobre las condiciones del viaje y se limitó a informar que Robelo y Ferrei, dos antiguos colaboradores de los sandinistas, saldrán desde una capital de centroamérica.
Tampoco se ha informado de la duración de la estancia de los dos dirigentes de la contra en Managua, ni se sabe si mantendrán otros contactos en Nicaragua a parte de la reunión prevista con el cardenal Obando, quien, desde su nombramiento como mediador en el diálogo entre el Gobierno y los rebeldes, había pedido que éste se llevase a cabo en suelo nicaragüense. Por esta razón, no se descarta ahora que, si Robelo y Ferrei no son autorizados a entrar en Nicargua, Obando plantee dificultades para mantenerse en el papel de mediador.
Obando recibió hace pocos días en Washington de manos del presidente Daniel Ortega, la propuesta del Gobierno para la concertación de un alto el fuego, que fue rechazada por la resistencia nicaragüense por considerar que se trataba de una propuesta de rendición. Desde ese momento anunciaron que contestarían a la oferta de Ortega con otra alternativa que sólo sería conocida una vez presentada al cardenal Obando. Ésta es la segunda vez que líderes contras anuncian su intención de viajar a Managua.
Mantener las posiciones
Los contras proponen un alto el fuego mediante el cual cada parte mantenga sus posiciones durante un año, y rechazan la concentración de sus tropas en un espacio de 10.800 kilómetros cuadrados, como proponen los sandinistas.El presidente nicaragüense, Daniel Ortega, durante la conferencia de prensa que ofreció ayer tarde junto con el presidente de Uruguay, Julio María Sanguinetti, que visitó Nicaragua, condicionó en términos categóricos, la entrada de los dos dirigentes de la resistencia nicaragüense a que ambos acepten la amnistía. "Es la única manera para poder venir", subrayó. El gobernante sandinista aseveró que ese "tipo de activismo debería de ser prohibido" dentro del marco de los acuerdos de Esquipulas 2.
El ministro del Interior, comandante Tomás Borge, afirmó recientemente que si los dirigentes rebeldes se atreven a regresar a Nicaragua, sin acogerse a la amnistía, serán inmediatamente encarcelados. Según Borge, Robelo y Ferrey son parte de "grupos que están asesinando a mujeres y niños, como el caso sucedido hace dos días en que 12 personas murieron, entre ellos seis niños menores".
Un total de 985 presos políticos detenidos en las diferentes prisiones de Nicaragua, 612 de ellos en Managua, salió ayer en libertad gracias a una amnistía decretada por el Gobierno sandinista. Según la oposición, quedan aún 10.000 presos políticos en Nicaragua.
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