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Reticencias entre los comunistas del Oeste por la visión de la historia de Gorbachov

Pilar Bonet

Las intervenciones del líder soviético, Mijail Gorbachov, con motivo del 701 aniversario de la Revolución de Octubre han provocado una mezcla de impresiones en medios comunistas occidentales de tendencia euro, asistentes a los foros de discusión de Moscú. En el pasado se resistieron a acatar las directrices del Kremlin y reivindicaron un desarrollo democrático. Ahora creen advertir una revisión teórica del marxismo y del leninismo y una intransigencia en valoraciones históricas de Gorbachov, como las referidas a Trotski y a Stalin.

Gorbachov desarrolló anteayer la teoría de la coexistencia pacífica a un nuevo nivel e insistió en el concepto de interdependencia del mundo moderno en función del peligro nuclear y del infarto ecológico. El líder pidió además una renovación del movimiento comunista y se pronunció contra las "extrapolaciones dogmáticas" de Marx y Engels. "Se necesita una nueva lectura de la herencia teórica", dijo Gorbachov en su intervención de un cuarto del hora ante el foro de discusión del partidos comunistas, socialistas, socialdemócratas y laboristas que concluía ayer en el Kremlin.Medios consultados por esta corresponsal valoran negativamente la tesis de que el duro camino emprendido por Stalin para industrializar el país fuera el único posible. Están también en contra de la "condena maniquea del trotskismo" sin matizaciones.

Gorbachov aseguró que el trotskismo tiene una esencia antisocialista y utilizó una cita de Lenin para calificar a Trotski como "un político excesivamente engreído que siempre. andaba con rodeos y trapazerías". Observadores políticos en Moscú no habían previsto que Trotski fuera rehabilitado por Gorbachov, pero sí habían esperado una valoración más elaborada del dirigente comunista bajo cuyo mando el ejército soviético ganó la guerra civil frente a los ejércitos blancos.

Las relaciones entre partidos comunistas y la URSS entran también en una nueva etapa, aseguran los medios, que contrastan el lenguaje doctrinario empleado por el Kremlin en el pasado con el intercambio de impresiones que ha supuesto el foro de Moscú. A él han asistido una delegación del Partido Comunista de España, encabezada por su secretario general, Gerardo Iglesias, y otra del Partido Comunista de los Pueblos de España, encabezada por Ignacio Gallego.

Del foro ha surgido la propuesta de los socialistas flamencos de Bélgica de convocar una conferencia mundial sobre desarme en la que participarían partidos socialistas y comunistas. Nada se había dicho hasta ayer, según medios presentes en los debates, de unas misivas enviadas por los comunistas checoslovacos represaliados después de la primavera de Praga de 1968, cuando la URSS encabezó una intervención armada del Pacto de Varsovia que acabó con el desarrollo político iniciado en aquel país aliado de Moscú. Fuentes emigrantes en Viena dijeron que Alexander Dubcek, el líder de la primavera de Praga, y una veintena de ex dirigentes checoslovacos pedían no ser olvidados.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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