Huelva, un vertedero químico
La contaminación industrial deteriora alarmantemente la calidad de vida de los onubenses
La mortandad de miles de peces ocurrida el martes de la semana pasada en la ría de Huelva -donde hace un año por las mismas fechas se repitió un episodio similar con la muerte de medio millón de peces-, la controvertida renovación de las licencias de vertidos en las aguas del golfo de Cádiz y la prohibición desde hace ocho meses de capturar y comercializar moluscos en el litoral onubense han vuelto a reavivar el latente estado de alarma de los ciudadanos ante el problema de la contaminación.
La creación en 1964 de un polo de desarrollo en Huelva, donde están instaladas 14 industrias químicas, que facturan anualmente 300.000 millones de pesetas y que emiten vertidos y gases muy contaminantes, centran la polémica, junto a la inexistencia de un informe epidemiológico que cuantifique el deterioro de la salud pública de los onubenses.El aporte ácido proveniente de algún vertido ha sido la causa que ha provocado la masiva mortandad de peces en la ría del Odiel en los dos últimos años. Las primeras hipótesis de los técnicos de la Administración andaluza sobre el suceso indican que un vertido indeterminado fue depositado a través del alcantarillado a la ría. Esta conclusión cuestiona la inexistencia actual de una depuradora en la ciudad de Huelva, que cuenta en su término municipal con industrias químicas asentadas en la avenida de Francisco Montenegro -junto al cauce del Odiel- y con una población cercana a los 140.000 habitantes.
11 años sin controles
Hasta 1975, 11 años después del asentamiento del polo químico, la Administración no empezó a establecer controles en la emisión a la atmósfera de los gases procedentes de las industrias. Durante los dos años siguientes se produjeron 29 días con situaciones no admisibles.Cuando el índice de peligrosidad o tolerancia máxima se estima en una media de 400 microgramos de anhídrido sulfuroso por metro cúbico, en diciembre de 1976 se alcanzó una jornada de emergencia total, con 2.985 microgramos por metro cúbico, repitiéndose al día siguiente una emergencia de primer grado. El fuerte olor procedente de los humos de las industrias se mezcla muchos días en Huelva con el desagradable hedor que emanan los mercaptanos (producto usado en la fabricación de celulosa) de la Empresa Nacional de Celulosa, instalada en la vecina localidad de San Juan del Puerto.
La memoria de la Fiscalía del Tribunal Supremo de 1976 señala su preocupación por la contaminación. "Huelva debe muchísimo al polo de desarrollo industrial, nadie lo pone en duda. Las industrias que en el mismo se han asentado han multiplicado los puestos de trabajo, han inducido un crecimiento espectacular en otros sectores productivos... Todo esto es cierto. Pero no lo es menos que, entre tanto, el cielo de Huelva se ha oscurecido, la fauna volátil casi ha desaparecido, y el olor que ha ido invadiendo la ciudad resulta en muchas ocasiones literalmente insoportable".
En otro párrafo de la memoria se constata que "Huelva no es ya solamente un medio natural deteriorado. Empieza a ser también una ciudad insalubre. El número de bronquíticos, asmáticos y personas afectadas por síntomas alérgicos crece -según parece- de día en día. Un gran número de personas se va habituando lentamente, sin notar apenas nada, a permanecer inmersas en una atmósfera que disminuye progresivamente sus posibilidades vitales".
La falta de un estudio epidemiológico impide conocer cuál es realmente la incidencia de la contaminación en la ciudadanía. Recientemente, más de 300 médicos en activo que desarrollan su profesión en Huelva solicitaron a la Junta de Andalucía la formulación del citado estudio epidemiológico.
Manifestaciones
Entre los habitantes de Huelva late un sentimiento contra cualquier forma de contaminación que padecen, sea fluvial o atmosférica, si bien sólo se ve acentuado cuando se produce un episodio puntual. La última manifestación ciudadana, realizada en marzo, concentró por primera vez a casi 10.000 personas, pertenecientes a municipios costeros, al haberse detectado la presencia de metales pesados en moluscos bivalvos. La Junta de Andalucía decretó entonces la prohibición de capturar y comercializar estas especies en todo el litoral onubense.La Agencia del Medio Ambiente (AMA) creó, a raíz de la contaminación de los moluscos, el plan de corrección de los vertidos industriales contaminantes en el litoral de Huelva, cuya realización se llevará a cabo los dos próximos años. El plan supone una inversión superior a los 5.000 millones de pesetas, de los que 3.800 deberán ser aportados por las empresas químicas, que contarán con una línea de créditos blandos y financiación de hasta el 70% de las inversiones realizadas. Hasta ahora venían vertiéndose diariamente al agua 25 toneladas de metales pesados.
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