La policía chilena mata a 12 presuntos miembros del Frente Manuel Rodríguez en 17 horas de terror

Agentes de la Central Nacional de Informaciones (CNI, policía política chilena) mataron a tiros a 12 presuntos miembros del clandestino Frente Patriótico Manuel Rodríguez (FPMR, de inspiración comunista) entre el mediodía del lunes y la madrugada de ayer, hora local. Las muertes, que constituyen la operación de mayor envergadura de la CNI en los últimos ocho años, fueron descritas oficialmente como "enfrentamientos", aunque ningún agente policial resultó herido. El FPMR ha reivindicado el atentado contra el general Augusto Pinochet que se produjo en septiembre pasado.

La matanza ocurrió en momentos en que el general Augusto Pinochet enfrenta la oposición de dos miembros de la Junta de Gobierno para lograr su nominación como candidato único para un plebiscito presidencial que debe celebrarse en 1989. Para algunos observadores políticos, la operación indica que Pinochet preten de demostrar que sigue siendo el único hombre fuerte capaz de en frentarse a la subversión.Según la información oficial entregada por la CNI pocas horas después de las últimas muertes, se produjeron cinco "enfrentamientos" con integrantes del FPMR. El primero de ellos ocurrió a mediodía del lunes en el sector de Las Condes, un barrio residencial en la zona elegante de Santiago. En él fue abatida a tiros la única persona identificada en los primeros informes oficiales: Recaredo Ignacio Valenzue la, 30 años, economista que realizó estudios de posgrado en Espa ha, padre de un niño de siete años.

Los agentes de la CNI afirman que tuvieron que recurrir a sus armas cuando Valenzuela, a quien señalan como "jefe logístico del FPMR", trató de resistir la detención intentando utilizar una pistola y una granada para abrirse paso.

Una testigo de los hechos manifestó que Valenzuela murió acribillado a tiros cuando un agente de seguridad le disparó desde dentro de un furgón que se encontraba estacionado junto a la acera. Los vecinos escucharon dos ráfagas sucesivas de armas automáticas. Cecilia Carvallo, viuda de la víctima, aseguró que a su esposo "lo asesinaron".

Seis horas después, en una esquina de San Miguel, un barrio popular de la capital chilena, fue abatido en similares circunstancias otra persona de aproximadamente 30 años, cuya identificación no fue proporcionada de inmediato. En ese hecho, otros dos hombres consiguieron huir ilesos, en medio del tiroteo.

Pasada la medianoche fueron muertos dos jóvenes que se encontraban en una supuesta casa de seguridad en el mismo barrio. A la 1.15 de la madrugada, en el sector residencial de lufloa, otro hombre fue abatido a tiros en circunstancias aún desconocidas.

La operación policial de mayor envergadura se produjo a las 5.30 horas de ayer. En el barrio de Conchalí, en el sector norte de Santiago, varios civiles armados rodearon una manzana cercana a la calle Recoleta, peinando casa por casa, hasta que cercaron un inmueble y abrieron fuego. Resultado: siete muertos, tres de ellos mujeres.

Poco después, el sector fue acordonado por carabineros, que impidieron el acceso de los periodistas. Se informó además que hubo detenciones en diferentes lugares de la capital. Hasta el cierre de esta edición se había informado de 10.

Por otra parte, los familiares del director de Radio Carrera, de oposición, Fernando Belloni, afirmaron que éste había desaparecido y que temían por su vida.

"Asesinato planificado"

El abogado de la Comisión Chilena de Derechos Humanos, Carlos Margotta, manifestó a EL PAÍS que se trató de "un vil y planificado asesinato" y agregó que "esta bárbara acción obedece a una necesidad de demostración de fuerzas del general Pinochet para conseguir su objetivo de perpetuarse". "Con esto se demuestra", dijo, "que el régimen no ha perdido un ápice de la esencia de su carácter represivo como herramienta para mantenerse en el poder y su nula acogida al llamado del Papa para crear las condiciones de una verdadera reconciliación".

En círculos políticos se comentó que esta acción pretende retrotraer la situación a los primeros años de la dictadura: presentar una situación de guerra intema para cohesionar a las Fuerzas Armadas en tomo a la figura de Pinochet, un militar que ofrece garantía de firmeza en el combate contra la subversión.

Cambios en el Ejército

Después de que sufriera el primer traspiés de su campaña, el general Pinochet comenzó a realizar sorpresivos cambios en el alto mando del Ejército. El viernes 5, en el acto de conmemoración del centenario de los cuerpos de infantería, la rama a la que pertenece, las autoridades habían esperado la concurrencia de 30.000 a 40.000 personas que, según sus cálculos, debían pedir a gritos su proclamación presidencial. Reunió a poco más de 2.000 y en vez del clamor con su candidatura, recibió incluso algunos abucheos.

El lunes 8 Pinochet reunió inesperadamente a todos los generales de la guarnición de Santiago en el palacio de La Moneda y notificó importantes cambios en la jerarquía militar. Destituyó al jefe del Estado Mayor, general Jorge O'Ryan, al que retiró y nombró embajador en Paraguay, 60 días antes de que comenzara el procedimiento habitual de calificación de los oficiales.

Ocho días después, siguen vacantes los cargos dejefe del Estado Mayor y de director de operaciones.