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Moscú fuerza la marcha de las negociaciones de Ginebra

Andrés Ortega

Estados Unidos y la Unión Soviética inician hoy una nueva ronda de negociaciones en Ginebra que estará dominada por las perspectivas de un acuerdo sobre euromisiles y la forma de incluir en él la cuestión de los misiles de más corto alcance. Moscú ha manifestado, su "derecho" a esperar una respuesta "constructiva, específica y suficientemente rápida" a las últimas propuestas del líder soviético, Mijail Gorbachov, y por ello va a forzar la marcha de las conversaciones.

El presidente norteamericano, Ronald Reagan, rompiendo la euforia que reinaba en la Casa Blanca la semana pasada, cuando regresó de Moscú del secretario de Estado, George Shultz, afirmó el martes que era "optimista, pero también realista" sobre la posibilidad de alcanzar un acuerdo sobre los eurocohetes. "Los soviéticos parecen querer avanzar hacia ello, pero aún queda por trabajar mucho en la letra pequeña", dijo Reagan, que no quiso pronunciarse sobre si el tratado se firmaría este año.Ese mismo día, en Moscú, el ministro de Asuntos Exteriores soviético, Edvard Shevardnadze, manifestó a su homólogo luxemburgués, Jacques de Poos, el "derecho" de la URSS a una pronta respuesta occidental, según la agencia Tass. Estados Unidos ha puesto en manos de sus aliados la decisión sobre una respuesta a la oferta soviética de suprimir todos los euromisiles (salvo 100 cabezas que permanecerían fuera de Europa) y los cohetes de más corto alcance del territorio europeo.

La URSS, sin esperar la respuesta occidental a sus propuestas, va a intentar acelerar las negociaciones al proponer la elaboración de acuerdos concretos sobre los problemas de verificación de un eventual tratado, informa France Presse desde la capital soviética.

En una entrevista concedida ayer en Madrid a EL PAÍS, Lynn Davis, norteamericana y directora de estudios del Instituto Internacional de Estudios Estratégicos (Londres), se mostró convencida de que habrá en breve un acuerdo sobre los euromisiles y sobre los cohetes de más corto alcance, en los términos definidos por Gorbachov.

Cuestión política

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Lynn Davis considera que los europeos occidentales aceptarán la opción cero para los euromisiles por una "cuestión política", y que EE UU presionará a sus aliados para que no quede la impresión de que es Occidente el que está tratando de demorar un acuerdo.

En cuanto a los misiles de más corto alcance, Lynn Davis estima que la OTAN aceptará también la oferta de Mijail Gorbachov, porque la Alianza, que tiene pocas de estas armas, "no ha mostrado un verdadero interés en desplegar nuevos cohetes" con vistas a igualar las dotaciones soviéticas, y porque en términos numéricos, dada la superioridad soviética, "no sería un mal acuerdo". En suelo europeo permanecería un número sustancial de cabezas nucleares norteamericanas".

Tal acuerdo, sin embargo, no merma necesariamente la capacidad militar de la OTAN, aunque sí la credibilidad de la garantía nuclear norteamericana, "que es más política que militar". Ello está llevando a los europeos a una profunda reflexión sobre su seguridad y permitirá a EE UU considerar si los europeos quieren hacer algo más para su propia defensa y el papel de las fuerzas norteamericanas en Europa, "que es fundamental".

¿Por qué hace esto Gorbachov? "Porque su objetivo a largo plazo es librar a Europa de armas nucleares, porque su propósito es resultar más atractivo para Europa y porque quiere una cumbre con Reagan".

"Estamos en la resbaladiza pendiente que lleva hacia los objetivos de Górbachov -la desnuclearización de Europa-, que no son los nuestros", dice Davis. Pero añade: "Aunque los líderes militares y los políticos reconocen esto, resulta difícil mantener un argumento para rechazar las ofertas" de Gorbachov.

Davis estima que un acuerdo sobre los eurocohetes no guarda relación con un posible progreso en otros campos, como las armas ofensivas y la defensa estratégica.

"Reagan tuvo la oportunidad de llegar a un compromiso importante en Reikiavik sobre una reducción de las armas estratégicas ofensivas y unos límites a las defensas espaciales. Si no pasó con un presidente fuerte, no pasará ahora con un presidente debilitado", afirma Davies. El acuerdo sobre misiles en Europa "quedará como algo aislado".

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