Una escultura de Chillida recordará en Guernica el 50º aniversario del bombardeo de la ciudad

La conmemoración del cincuentenario del bombardeo de la villa vizcaína de Guernica por parte de la Legión Cóndor hitleriana, aliada con el ejército del general Francisco Franco, congregará a miles de vascos en los últimos días de abril, en torno a un amplio programa cultural, que prevé, entre otras cosas, la instalación de una enorme escultura de Chillida. El recuerdo del bombardeo aéreo ha movilizado al Gobierno vasco, al propio ayuntamiento guerniqués y a comisiones que promueven actos al margen de las iniciativas institucionales. El valor simbólico de la historia de Guernica en la memoria de los vascos contribuirá a realzar lo que será una enorme concentración cívica contra la guerra.

En la tarde del 26 de abril de 1937, aviones Heinkel 111 y Junker 52 bombardearon durante tres horas Guernica, especialmente poblada aquel día por los campesinos que acudían al tradicional mercado de los lunes y por la presencia de refugiados que retrocedían de la línea del frente.Posteriormente, se polemizó sobre la cifra de muertes y sobre la autoría del bombardeo. Gran parte de la ciudad quedó destruida. El roble que simboliza la organización social de los vascos en la Edad Media y la Casa de Juntas sobrevivieron al primer bombardeo indiscriminado sobre una población civil en la historia de las guerras.

Enorme escultura de hormigón

Cincuenta años después, Eduardo Chillida instalará en Guernica el corazón de lo que será una enorme escultura de hormigón. El núcleo central, que se inaugurará en abril, recibe la denominación de Tolerancia de acero. La instalación de esta primera entrega de Chillida será uno de los focos principales de la conmemoración, que es patrocinada por el Gobierno vasco.Con el mismo motivo, se estrenará en las pantallas un film que ha contado con subvención oficial y que ha sido rodado por el cineasta bilbaíno José Antonio Zorrilla. El autor de El arreglo ha rodado ahora la vida de Esteban Urkiaga, Lauaxeta, uno de los mejores poetas vascos de la generación de la guerra, que murió en Vitoria, víctima de la guerra, durante aquel mismo año de 1937. El estreno de la ópera Gernika, del músico donostiarra Escudero, completará la programación cultural oficial.

El ayuntamiento de Guernica será el anfitrión de los participantes en el Congreso de Ciudades de la Paz, que se celebrará en Madrid, en los días sucesivos a la conmemoración. Los representantes de ciudades especialmente castigadas por la guerra se reunirán en la Casa de Juntas de la villa foral vasca y participarán en los actos cívicos conmemorativos antes de iniciar sus actividades congresuales en la capital de España.

Pero, paralelamente a las actividades promovidas por las instituciones, Guernica se convertirá en una fiesta popular, producto del trabajo de la Comisión Gernika 37-87, en la que participan fundamentalmente sectores vinculados a la llamada izquierda abertzale, pero que se declara abierta a la participación de cualquier interesado.

Los actos promovidos por la comisión son variadísimos. Festivales musicales, acampadas, paseos conmemorativos, charlas y debates, exposiciones y muestras de arte, teatro callejero, celebraciones puramente festivas, componen un apretadísimo programa que se desarrollará fundamentalmente entre el 19 y el 26 de abril próximos.

Dentro del amplio programa destacan la reivindicación del Guernica de Picasso, el estreno de dos obras de teatro de grupos vascos, la edición de un repertorio del trabajo de fotógrafos vascos en la última década, la realización de un simulacro del bombardeo y la presentación del testimonio vivo de los supervivientes del aquel 26 de abril. El valor simbólico del roble de Guernica en la historia del País Vasco y la presumible convocatoria unitaria del Aberri Eguna (Día de la patria) de este año, a celebrar también en abril, en la villa bombardeada, otorga a la conmemoración un valor añadido.