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Medina Azahara cambia de imagen

La ciudad califal de Abderramán III, recobrada para visitantes, volverá a tener la flora del siglo X

La reciente conmemoración del 1.050º aniversario de la fundación de Medina Azahara, en las afueras de Córdoba, el más importante yacimiento arqueológico andaluz, coincide con la regeneración de sus ruinas y el impulso a su difusión inferido por la Administración autonómica. Mientras se prepara un simposio sobre la ciudad más bella del califato, el número de visitantes ha crecido espectacularmente y las tareas de reconstrucción se han afianzado. La restitución de la flora original y la llegada de agua por los acueductos ideados por los ingenieros de Abderramán III son dos objetivos a medio plazo.

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La ciudad más hermosa

La visita a las ruinas de Medina Azahara, cerca de Córdoba, era, hasta hace unos meses, un complicado ejercicio indagatorio. Mal señalizados sus accesos, el interesado hallaba un venerable guarda como único vestigio humano para conocer los restos de la ciudad más hermosa de occidente en la época califal.Las piedras milenarias, los suelos, las escalinatas de la parte excavada se confundían con el albedrío de bejucos, alcaparroneras y toda suerte de matas silvestres. Un olvido como nacido de su propia historia -mezcla de fugacidad y de leyenda- y perpetuado durante muchos siglos bajo tierra.

Las excavaciones emprendidas desde 1911 hasta 1944 han exhumado algo más del 10% de la ciudad, lo que fue la parte administrativa, militar y aristocrática. El resto, la parte comercial y residencial de sus cerca de 30.000 habitantes, yace soterrado bajo una dehesa boyal. Era la tercera de las plataformas sobre las que se desgranaba esta ciudad de nueva planta, reflejo de la época de mayor esplendor del califato cordobés.

Las dos plataformas superiores ubicaban la residencia real, las dependencias militares, habitaciones del servicio y él lujoso sector de Yafar, un liberto que Al-Hakam II convirtió en valido y que llegó a primer ministro.

La ciudad, de forma rectangular, se extiende al final de la ladera de Chabal al-Arus (la montaña de la desposada), y su construcción se inició en el año 936 para concluir en 976. Luego sería incendiada en 1010, a los 74 años de existencia. Sometida a frecuentes expolios, puede decirse que hay retazos de Medina Azahara en la Alhambra de Granada, en la Giralda de Sevilla, en patios y murallas cordobeses y en numerosas casas del norte de Marruecos.

Chapas de piedra

Los saqueadores preferían sillares y columnas, pero desdeñaron el ataurique de piedra que recubría con motivos vegetales o epígrafes las paredes de las zonas más nobles. Gracias a la aparición de estas chapas de piedra, cuyo material indica la época de esplendor, en contra del yeso usado en la decadencia, se ha podido reconstruir gran parte de la ciudad como si de un puzzle se tratase. De este modo se ha reconstruido el áulico salón de Abderramán III.Este califa, bien por deseo de su favorita Al-Zahra o porque las dependencias administrativas de Córdoba se le quedaban pequeñas, erigió una suntuosa ciudad palatina plenamente autónoma: allí se trasladó Ja corte, se implantó la ceca y se construyó la única mezquita que mira hacia la Meca en suelo español. Para su población se primó a quien se trasladase a ella, y no se escatimó en estipendios ni en materiales. Según las fuentes, Medina Azahara resplandecía especialmente por el agua y por su vegetación. Edificada sobre terreno baldío, se construyeron acueductos para traer el agua desde la sierra. En su trayecto se ubicaban pozos que la cernían de piedras y frenaban la velocidad de bajada.

Queda como muestra el acueducto de Valdepuentes. Mediante una auténtica obra de ingeniería, el agua era canalizada en la ciudad a través de conducciones recubiertas de plomo y se distribuía para uso doméstico y como elemento lúdico en fuentes y manantiales. Algunos autores señalan que había juegos de agua con más de 60 sonidos distintos.

La restitución de la flora original y la llevada de agua por los mismos conductos ideados por los ingenieros árabes son dos de los objetivos a medio plazo previstos por la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía. Para el primero, existen ya trabajos que realiza el jardín botánico de Córdoba. Tras la reciente conmemoración del 1.050º aniversario de su fundación, se prepara un simposio sobre su restauración. "Al tratarse de una ciudad de nueva planta no se puede aplicar la metodología general en cuanto a reconstrucciones", señala el delegado provincial, Ignacio González Merino. El simposio abarcará el tratamiento del suelo y las singularidades arqueológicas derivadas del poco tiempo usado en la construcción, su cronología y la cerámica hallada.

Vegetación incontrolada

El impulso al más rico yacimiento arqueológico andaluz se ha concretado en el último año y medio con la limpieza de la zona descubierta, a la que la vegetación incontrolada dañaba. Un equipo de 13 arqueólogos fijos y 24 eventuales se dedican a la re generación de las ruinas. Se han editado folletos explicativos para "hacer inteligible el monumento", según González Merino, y un gabinete pedagógico prepara un plan especial para Medina Azahara.Estas circunstancias han multiplicado el número de visitantes, que de una media de 1.000 al mes han pasado a 5.000, y casi 10.000 en los meses primaverales.

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