Chile tendrá que esperar.
Isabel Allende, a la izquierda, conversa con su madre, Hortensia Bussi, viuda de Salvador Allende -último presidente constitucional de Chile-, en el aeropuerto de Buenos Aires, mientras un grupo de exiliados partía ayer hacia Santiago, desafiando la prohibición gubernamental de regresar a su patria. Las dos mujeres no se incorporaron a la expedición, porque los restantes miembros temieron que fueran agredidas a su llegada a Chile. El grupo, compuesto por 27 exiliados chilenos y 60 dirigentes latinoamericanos, llegó ayer a Santiago de Chile en un avión argentino. Más de 150 personas, entre ellas el premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel, les despidieron en el aeropuerto.
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