Deterioro en algunos capiteles del claustro románico de la colegiata de Santillana del Mar

La facultad de Geología de la universidad de Oviedo tiene muy avanzado el informe que la Dirección General de Bellas Artes del Ministerio de Cultura te encargó hace unos 50 días sobre el estado de deterioro en que se encuentra el claustro románico de la colegiata de Santillana del Mar (Cantabria). Según los primeros exámenes de los científicos, algunos capiteles del claustro están efectivamente degradándose a un ritmo que puede resultar peligroso.

Los profesores Montoto, Esbert, Ordás, Alonso y Suárez del Río, adscritos al departamento de Petrología, estuvieron en la villa varias veces en las últimas semanas para obtener polvo de piedra y otras muestras de las columnas en que se asientan los capiteles, algunas afectadas por un deterioro secular, supuestamente acelerado en las últimas décadas.Los geólogos autores del estudio lo tienen ya muy perfilado, según han confirmado, y están sólo a falta de redactar las conclusiones. El departamento de Petrología de la universidad de Oviedo goza de un alto prestigio.

Desde el principio, el equipo de trabajo pidió mantener absoluta independencia de ambas partes, actualmente enfrentadas: la Dirección General de Bellas Artes y el obispado de Santander, propietario de la colegiata. De la polémica dieron cuenta los medios informativos en la última semana de abril, al saberse que el obispado se había dirigido en 1982 al Instituto de Restauración de Obras de Arte, dependiente del Ministerio de Cultura, mostrando su rechazo a la aplicación de determinados productos en la restauración de los capiteles enfermos de la colegiata de Santillana.

Por entonces la Dirección General de Bellas Artes se apresuró a reservarse su exclusiva responsabilidad en el tratamiento. Portavoces del obispado, 10 meses más tarde, denunciaron exfoliaciones y ampollas, grietas y desconchados en algunos capiteles, que atribuyeron presuntamente al empleo de sustancias químicas. Sancho Roda, arquitecto de la Dirección General de Bellas Artes, que había dirigido la operación destinada a consolidar el claustro, precisó que los productos empleados constituyen una gama perfectamente conocida y señaló la acción directa de la lluvia y la humedad como posible causa de las degradaciones de los capiteles.

A lo largo de las últimas semanas los geólogos de Oviedo hicieron exámenes microscópicos y efectuaron numerosos análisis de infractrometría, sometiendo algunos materiales recogidos en la colegiata enferma a la acción del EDAX, capaz de analizar químicamente composiciones de carácter microscópico de un material determinado.

Durante el mes de mayo inspeccionaron en los alrededores de Santillana algunos bancos de piedra arenisca, material similar al empleado en la construcción del claustro, pero los profesores de la universidad astur consideran que no se trata de las antiguas canteras yacentes hace ocho siglos.

Los geólogos consultados por la Dirección General de Bellas Artes han constatado que algunos capiteles del claustro están efectivamente degradándose a un ritmo que puede resultar peligroso sí no se presta la debida atención al problema y no se aplican soluciones. Éstas serían de improbable garantía con vistas a siglos venideros, según los mismos investigadores.

Grandes focos permanentes de humedad en este monumento expuesto a la intemperie a lo largo de los últimos 800 años, así como el deplorable estado actual del tejado de la colegiata, pueden haber sido algunas de las causas de las alteraciones provocadas. El efecto del tratamiento al que los capiteles han sido sometidos hace cinco años ha sido también examinado por los expertos de Asturias, sin que se conozca su dictamen. La terapia que debe aplicarse en Santillana figurará entre las conclusiones del informe, pero el problema será elegir el procedimiento.