_
_
_
_
ECOLOGÍA

La conferencia sobre la pesca de la ballena finaliza sin ningún acuerdo

La conferencia de la comisión internacional sobre pesca de la ballena, en la que participaron alrededor de 40 países, finalizó en Malmö, al sur de Suecia, sin suscribir ningún documento final por la imposibilidad de ponerse de acuerdo. Se considera que esta reunión ha sido preparatoria de la gran conferencia que se realizará en 1990.

El delegado sueco a la conferencia y observador de la organización Greenpeace, dijo que ésta había sido "la peor reunión de la historia de la comisión, puesto que, entre otras cosas, ni siquiera se había hecho votación sobre las mociones propuestas dejándose al arbitrio de cada país las decisiones a adoptar.Hubo, sin embargo, exhortaciones a los países que siguen violando la convenciones internacionales al respecto para que se abstengan de proseguir una caza que amenaza con la extinción de la especie. Las mayores críticas estuvieron dirigidas a Noruega e Islandia, que se han negado de plano a cumplir las recomendaciones sobre una suspensión de la captura hasta 1990 resuelta anteriormente.

El delegado de Islandia argumentó que la caza realizada por su país se hacía con finalidades científicas, que vendían la carne a Japón y de esa manera financiaban la investigación en el plano científico. El caso de Islandia fue objeto de algunas consideraciones en virtud de la importancia económica que para este país tiene la pesca de la ballena.

La conferencia decidió que la carne de las ballenas capturadas con fines científicos debía ser consumida en el país que la realizaba y no podía ser comercializada, pero como en Islandia no se consume dicha carne, proseguirán vendiéndola a Japón.

Miembros de Greenpeace, por su parte, manifestaron el temor de que se intensifique el interés "científico" de otros países y mencionaron concretamente que Corea del Sur, Brasil y España podrían seguir el ejemplo. Las razones científicas esgrimídas por algunos países fueron objeto de controversias. El delegado sueco manifestó irónicamente que no era necesario matar las ballenas para cortarlas.

Mientras tanto, el barco de Greenpeace Moby Dick sigue de tenido en el puerto noruego de Vardo a la espera de que pague las 10.000 coronas noruegas de multa que le fueron impuestas o su responsable cumpla una prisión equivalente a 25 días. El Moby Dick fue abordado el miércoles pasado por un guardacostas noruego sin que la tripulación de aquel hiciera resistencia, pero reiterando su derecho a navegar en las aguas noruegas para evitar que se violen acuerdos internacionales. Al Moby Dick se le acusa de haber incursionado sin permiso en aguas territoriales noruegas. Los miembros de Greenpeace estudiaban con sus abogados los recursos a interponer frente a la sanción y al tiempo que anunciaban que proseguirán sus acciones para impedir la caza de la ballena. El jefe de policía de Vardo anunció que en caso de reiterarse la actitud, las penas pueden llegar hasta tres meses de prisión.

Noruega, por su parte, ridiculizó las cifras manejadas por los partidarios de la moratoria sobre la extinción de la ballena. La Unión Soviética, que junto con Noruega y Japón han sido acusados de violar la convención, anunció que suspenderá la caza dentro de dos años, lo que rito significa que reconozca a la comisión internacional.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_