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FIN DE LA 'CUMBRE' DE TOKIO

Los 'siete' acuerdan una mayor coordinación entre las políticas económica, comercial y monetaria

Los puntos más destacados del comunicado final de la cumbre de Tokio, que concluyó ayer con la asistencia de los presidentes o jefes de Gobierno de Japón, EE UU, Canadá, RFA, Reino Unido, Francia e Italia y el presidente en funciones de la CEE, han sido mantener el crecimiento económico a través de una mayor coordinación y "vigilancia" entre las políticas económica, monetaria y comercial de los siete grandes países industrializados, el apoyo a nuevas negociaciones comerciales y la eventual intervención en los mercados de cambios internacionales.

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Una declaración optimista

"Las economías de los países industrializados están en su cuarto año de expansión", dijo el primer ministro de Japón, Yasuhiro Nakasone, al leer la declaración final ante la Prensa, en el hotel New Otani, convertido en una fortaleza y rodeado de miles de policías y severas medidas de seguridad.El tono optimista de la cumbre de Tokio se confirma a lo largo de las seis páginas del comunicado final al definir sólo la "necesidad de vigilar" la evolución de las economías de las siete primeras potencias occidentales, sobre todo a través de reuniones periódicas del efectivo grupo de los siete ministros de Finanzas (ex grupo de los cinco, que se ha visto cumplido tras la decisión tomada el pasado lunes en Tokio de que Italia y Canadá entren en el exclusivo club de ministros de Finanzas de Estados Unidos, Japón, RFA, Francia y Reino Unido).

Adquiere especial importancia la función del nuevo grupo de los siete, en cuyas reuniones regulares de ministros de Finanzas se irán definiendo las correcciones o las adaptaciones entre las economías de los grandes países indultrializados, tomando cómo ejemplo los acuerdos de Nueva York, el pasado mes de septiembre, sobre la reducción coordinada de los tipos de interés, lo que contribuyó a reducir la cotización del dólar.

Como lista de ejemplos de los diez indicadores a seguir en la cooperación macroeconómica entre los siete países representados en la cumbre -y, de rebote, entre todos los países de la Comunidad Europea, representados a través del presidente en funciones de la CE y del presidente de la Comisión Europea-, el comunicado final cita la vigilancia en el crecimiento del producto interior bruto, los índices de inflación, los tipos de interés, los niveles de desempleo, la evolución de las balanzas corriente y comercial, el crecimiento de la masa monetaria, el volumen de reservas y los tipos de cambio.

En lo monetario, en un momento de paulatina depreciación del dólar e inquietud, principalmente en Japón y la RFA, por la revalorización de otras divisas, el comunicado final "invita a los ministros de Finanzas y los gobernadores de los bancos centrales a una vigilancia multilateral", reafirmando la decisión tomada ya en la cumbre de Williamsburg (EE UU), celebrada en 1983, "de intervenir en los mercados de cambio" cuando sea necesario para estabilizar los mercados monetarios.

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El anuncio en la cumbre de Tokio de posibles intervenciones en los mercados de cambio contribuyó a que, tras una sesión de baja histórica del yen en Tokio, la cotización en relación con el dólar se recuperase ligeramente durante la jornada de ayer, aunque cerró al nivel más bajo de la posguerra. La baja de los tipos de interés, junto a la caída en el precio del petróleo, "ofrece perspectivas más brillan tes y mejora la confianza en el futuro de la economía mundial", citan los siete en su comunicado.

No entrar en polémica

En lo comercial, en un momento de evidente "guerra comercial" entre EE UU, Japón y la Comunidad Europea, la declaración de los siete evita entrar en polémica y recomienda promover "el libre comercio" y dar "el apoyo total" a las negociaciones preparatorias para una nueva ronda de negociaciones multilaterales comerciales, en el marco del Acuerdo General. sobre Aranceles Aduaneros y Comercio (GATT) que se celebrarán el próximo mes de septiembre en Punta del Este (Uruguay).

En relación con la deuda internacional, el comunicado de la cumbre recuerda "la importancia de continuar tratando caso por caso el problema de la deuda internacional", que afecta especialmente a los países en vías de desarrollo, prometiendo, al mismo tiempo, "la continuidad de políticas" en los países industrializados que favorezcan el desarrollo de las economías de aquellos países.

.En el tema de la deuda, la cumbre fue un éxito para el secretario norteamericano del Tesoro, James Baker, cuyo plan para crear un fondo de 29.000 millones de dólares, en un plazo de tres años, para ir ayudando a los países con mayor volumen de deuda externa, fue aceptado sin apenas matizaciones. El plan Baker se llevará a cabo reafirmando el papel del Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial en los planes de ayuda a los países a ayudar.

Baker se mostró "súmamente contento" con los resultados de la cumbre, y dijo que "la mayor coordinación internacional de las políticas económicas es garantía de una mayor estabilidad monetaria".

El comunicado concluye con la convocatoria de una próxima cumbre, en Italia, para mediados de 1987.

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