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Reagan describe en términos apocalípticos el peligro que supone Nicaragua para EE UU

Francisco G. Basterra

La ayuda a la contraes necesaria "para defender la frontera sur". Estados Unidos está "bajo una amenaza mortal", a menos que se Impida que la Unión Soviética consolide "una cabeza de puente" en Nicaragua. Con estos términos dramáticos describió el presidente norteamericano, Ronald Reagan, el peligro representado por los sándinistas en un discurso televisado al país, en la madrugada del lunes, en el que pidió apoyo para que un Congreso reacioapruebe la concesión de 100 millones de dólares (cerca de 15.000 millones de pesetas), 70 de ellos en ayuda militar, pan los rebeldes que tratan de derrocar al Gobierno de Managua.

El voto crucialse producirá el jueves en la Cámara de "Representantes, donde los demócratas, mayoritarios, aseguran que Reagan no quiere agotar las solvicicines diplomáticas, y está empujando a EE UU a un nuevo Vietnam en Nicaragua, El presidente, con la maestría dramática que le caracteriza, presentó a la opinión pública, que no le apoya aún en este tema, una grave situación de amerraza a la seguridad nacional de Estados Unidos. Si no se envía la ayuda, explicó, peligran México y el canal de Panamá y ",millones de desesperados ciudadanos de Latinoamérica" pueden huir a EE UU.Reagan aseguró que "ingenieros del Pacto de Varsovia" están construyendo en Nicaragua un puerto de aguas profundas capaz de albergar a submarinos soviéticos, así como que se halla también en construcción un aeropuerto militar para bombarderos de la URSS. Utilizando mapas electrónicos, ell presidente explicó que, desde las bases nicaragüenses, los sandinistas amenazan las líneas marítimas de comunicación del Caribe por las que pasa la mitad del petróleo que importa Estados Unidos,y el 50% del comercio exterior y por las que se enviarían refuerzos a la OTAN en caso de un conflicto en Europa.

Nicaragua nunca se convertirá en una base militar de otra potencia, afirmó ayer el embajador nicaragüense en Washington, Carlos Turinermann, quien negó que se esté construyendo en su país un puerto para submarinos del bloque del Este. "El discurso de Reagan", afirma una nota hecha pública por la Embajada nicaragüense, ,les incompatible con los esfuerzos del Grupo de Clontadora y la política norteamericana puede impli-. car a tropas de EE UU en el conflicto y desencadenair una sangrientaguerra en la región".

Unas 2.000 personas se manifestaron frente a la, Casa Blanca para protestar por la política de apoyo a la contra mientras Reagan pronunciaba su discurso desde el despacho oval. Un portavoz presidencial afirmó ayer, que miles de personas llamaron después de la intervención a la residencia del jefe del Estado para apoyar, por un margen de dos a uno, su política en Centroamérica.

Enviado especial

El presidente se entrevistó ayer coyi su enviado espacial en Centroamérica, Philip Habib, que acaba de regresar de un viaje a la zona en el que no ha pasado por Managua. Habibaseguró que, en privado, los países centró americanos apoyan la política de Reagan, pero la realidad es que el presidente se encuentra completamente solo en el hemisferio con su posición de ayuda militar a la contra. Reagan no se refirió para nada en su discurso a esta misión diplomática ni al plan regional de paz de Contadora. Tampoco aludió a que la gran mayoría de los líderes del continente le ha pedido que cambie de política. Se limitó a afirmar: "Diez veces que nos hemos encontrado con los sandinistas, diez veces han rechazado la negociación".

El presidente asegura que su plan de presión militar busca forzar a los sandinistas a negociar con la contra y no persigue su derrocamiento. Pero la mayoría de la opinión y los demócratas creen, por el contrario, que el objetivo es acabar con el Gobierno izquierdista de Managua. El jefe del Gabinete del presidente, Donald Regan fue claro el domingo al afirmar: "Queremos desembarazamos de los sandinistas".

Reagan no habló de un posible compromiso con el Congreso si ve que no va a conseguir los 100 millones de dólares que solicita, pero se estima en Washington que, si es derrotado el jueves en la Cámara, finalmente buscará un pacto. Al presidente le faltan aún entre 12 y 15 votos para triunfar. El vicepresidente, George Bush, y varios legisladores republicanos manifestaron ayer su optimismo tras el discurso presidencial. "Va a ser difícil, pero creo que ganaremos", dijo Bush; "el presidente habló alto y claro y creo que los norteamericanos tienen ahora una idea mejor de lo que está en juego".

Reagan reiteró: "No estoy hablando de tropas norteamericanas. No se necesitan y no han sido solicitadas". Pero el Pentágono y altos funcionarios de la Administración han afirmado que la utilización de los "muchachos" puede ser inevitable en el futuro y han confirmado que Washington está dispuesto a enviar, en cuanto se apruebe la ayuda, asesores militares para la contra.

"Los 100 millones nos conducirán a mandar tropas de EE UU a luchar en Nicaragua. Es el mismo camino que seguimos en Vietnam, dinero, al que siguieron asesores militares y después tropas", declaró ayer el senador demócrata por California Alan Cranston.

El presidente presentó un mapa del continente que se iba cambiando de rosa a un rojo intenso a medida que hablaba para demostrar el desbordamiento del comunismo inspirado por los sandinistas por todo el hemisferio. Aseguró que armas suministradas por Managua han aparecido en Honduras, El Salvador, Costa Rica y Guatemala. "Extremistas desde Panamá hasta el Cono Sur han sido entrenados en Nicaragua", dijo, y añadió que el "brazo revolucionario" de los sandinistas se extiende a América del Sur y el Caribe". Reagan denunció que los sandinistas han proporcionado refugio, comunicaciones, documentos falsos, paso seguro y, a veces, armas a extremistas en Colombia, Ecuador, Brasil, Chile, Argentina, Uruguay y la República Dominicana.

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