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Los daneses deciden impulsar la reforma de la CE por una mayoría más estrecha de la prevista

RICARDO M. DE RITUERTO ENVIADO ESPECIAL, El escrutinio parcial del referéndum danés arrojaba anoche una mayoría del 56,4% contra un 43,2% de los votos, cuando se habían escrutado el 19,7% de los sufragios, en favor de los partidarios de aceptar el Acta Única Europea, que modifica el Tratado de Roma y concede mayores poderes a las instituciones comunitarias con el propósito de potenciar la Comunidad Europea (CE). Este resultado constituye una sorpresa relativa, pues todos los sondeos preveían un mayor apoyo al sí y una mayor participación, que ayer rondó el 72%.

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El Partido Socialdemócrata y el Partido Radical, que se oponían al Acta única, han anunciado que colaborarán con el Gobierno en la elaboración de la legislación pertinente. El Partido Socialista de Izquierda manifestó antes de la votación que va a haber más referendos en el futuro sobre la cuestión comunitaria.La jornada electoral se desarrolló bajo un sol radiante y con un continuo goteo de electores camino de las urnas, ante las que no se llegaron a formar colas. Durante todo el tiempo, los partidarios del sí y del no continuaron haciendo campaña, dado que en Dinamarca no existe jornada de reflexión ni está prohibida la propaganda en el día de la votación.

Más activos se mostraron los grupos partidarios del voto negativo, animados por un sondeo publicado por el diario Politiken que daba un 58%. a los partidarios del sí y un 42% a los que abogan por el rechazo del Acta única Europea. Tal porcentaje suponía la irremisible aceptación por Dinamarca del llamado paquete comunitario, pero también un gran avance de las posiciones de los anticomunitarios, que en 1972, con ocasión del referéndum de adhesión, apenas consiguieron el 36,7% de los sufragios. "Así se ve que estamos a disgusto en la CE", dijo un joven que repartía folletos contra el Acta.

En una calle céntrica y de peatones de Copenhague, a unos 300 metros del Ayuntamiento, que era colegio electoral, otros partidarios del no estaban realizando un mitín. Nadie se detenía a escucharles aunque la puesta en escena llamaba la atención. Sobre una furgoneta había una estatua de un mítico rey vikingo, Holger Danske, en posición sedente y con una espada sobre sus rodillas. Dice la leyenda que el monarca despertará de su sueño y volverá a Dinamarca cuando el país esté en peligro. Y allí estaba Holger Dartske. Incluso pudo oírse su voz gutural a través de un altavoz. "Estad atentos, daneses, Dinamarca está en peligro", dijo. "Todos los que, votan sí son unos traidores y si estuviera aquí el ministro de Asuntos Exteriores le combatiría con mi espada", continuó. "Buenos daneses, estoy con vosotros, no tenéis nada que temer".

La participación fue inferior a la registrada en 1972 cuando se votó la adhesión a la. Comunidad. En aquella ocasión, el 89,5% de los daneses acudió a las urnas, el más alto porcentaje de participación electoral en la historia del país.

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"Estamos discutiendo sobre la pertenencia a la Comunidad desde 1972, pero ahora discutimos sobre el tipo de colaboración, lo que es un gran avance", comenta Kent Kirk, del gubernamental Partido Conservador. Con su votación de ayer los daneses han aceptado el Acta única Europea que en su primer artículo dice: "Las Comunidades Europeas y la cooperación política europea tienen por objetivo contribuir conjuntamente a hacer progresar de un modo concreto la unión europea".

El primer objetivo de este Acta es lograr un mercado unitario europeo en un plazo de siete años y para ello decide adoptar la regla de la mayoría en el Consejo de Ministros de la Comunidad y abandonar, en consecuencia, el derecho de veto en algunos casos. El veto se mantiene para las consideradas cuestiones de interés vital, pero de las 300 directivas armonizadoras que habrá de adoptar la Comunidad de aquí a 1992 para llegar el previsto mercado unitario, la mitad de ellas será aprobadas por mayoría.

El Parlamento Europeo de Estrasburgo podrá dar su parecer en un mayor número de casos, aunque la última palabra siempre la tendrá el Consejo de Ministros. La cooperación entre el organismo legislativo y el ejecutivo comunitarios afectará a todas las decisiones que se hayan de adoptar por mayoría y a nuevos campos entre los que se encuentra lo relacionado con el medio ambiente. Además, con la entrada en vigor del Acta, los doce intentarán establecer una mayor coordinación en su política exterior.

Este Acta ha de ser firmada aún por Grecia e Italia, además de Dinamarca, y posteriormente discutida y ratificada en los parlamentos de los 12 países que integran la CE, proceso que puede durar más de un año. En el Parlamento danés (Folketing) el Gobierno no tendrá ningún problema para lograr la ratificación. Ivar Norgaard, el socialdemócrata que más objeciones ha presentado al proyecto gubernamental desde su posición de jefe del grupo de su partido en la Comisión de Asuntos Comunitarios del Folketing, dijo el miércoles: "Aceptaremos el resultado del referéndum aunque el gane por el 0,0001 de diferencia."

Jens Clausager, secretario general del Partido Radical, un grupo aliado del Gobierno conservador en cuestiones económicas que votó contra el Acta por ver en ella indicios de una pérdida de soberanía, dice: "Cooperaremos lealmente con el Gobierno en el desarrollo de las futuras leyes".

Un sondeo de Gallup publicado ayer por el matutino Berlingske tidende, indica que son fundamentalmente consideraciones económicas las que han llevado a los daneses a aceptar el Acta única Europea. Desde que el país nórdico se integró en la Comunidad, en 1973, ha recibido unos ingresos de 25.000 millones de coronas (unos 425.000 millones de pesetas al cambio actual). El año pasado los ingresos netos fueron de 2.590 millones de coronas (alrededor de 44.000 millones de pesetas).

El resultado de las urnas pone nuevamente en evidencia al Partido Socialdemócrata, sorprendido por la decisión gubernamental de convocar un referéndum y dividido a propósito de esta consulta.

Tanta satisfacción como la que tiene el Gobierno danés por el resultado de la votación de ayer muestran los otros países nórdicos. El ministro de Asuntos Exteriores noruego, el conservador Sven Stray, ha dicho que "la mejor garantía para los países nórdicos es que Dinamarca siga manteniendo su posición en Bruselas".

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