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El cardenal de Santiago de Chile rechaza oficiar la misa de Nochebuena en el palacio presidencial de la Moneda

El cardenal arzobispo de Santiago, Juan Francisco Fresno, anunció el pasado sábado que no oficiará una misa especial para las autoridades chilenas el día de Nochebuena en el palacio presidencial de la Moneda, donde 12 años atrás murió el presidente Salvador Allende. La máxima autoridad de la Iglesia católica chilena será recibida mañana, sin embargo, por el presidente, general Augusto Pinochet, cuatro meses después de que lo solicitara.

Según dijo el cardenal Fresno, el Gobierno le había invitado para que oficiara misa en la Moneda. "Respondí", declaró, "que en realidad no creía que me correspondiera a mí, porque allí hay un capellán. Yo agradecí la invitación que se me hizo, pero me corresponde oficiar la misa en la catedral".Mostrando un cierto malestar, el cardenal Fresno dijo que el ministro del Interior, Ricardo García, le explicó que había anunciado una invitación para hacer a misa, sin asegurar que él la fuera a celebrar.

"Yo le repliqué", continuó Fresno, "que la gente lo entendió de otra manera, por lo cual quería aclarar el malentendido". El incidente protocolario, provocado por una invitación pública del Gobierno, presentada como si tuviera una respuesta positiva previa, muestra la tensión de las relaciones Iglesia-Estado.

Medios políticos locales interpretan la negativa de Fresno a oficiar una misa en la Moneda como una réplica al rechazo del Gobierno de Pinochet al Acuerdo Nacional para la Transición a la Plena Democracia, impulsado por la Iglesia.

El Gobierno dijo el viernes que el acuerdo era "incoherente y contradictorio". Exigió además a los firmantes del acuerdo -un abanico de 11 partidos de derecha, centro e izquierda moderada- que reconocieran la Constitución, rechazaran el marxismo, respetaran la propiedad privada y abjuraran de la violencia y de la movilización social.

Aunque el cardenal Fresno declinó comentar la respuesta del Gobierno, el rechazo de las autoridades provocó malestar en la jerarquía eclesiástica. Fresno respondió al desaire de la dictadura y a su rechazo del Acuerdo Nacional, con un gesto similar que no tiene precedentes. Previamente, el cardenal había hablado con alguno de los firmantes del documento de la oposición.

Entre los firmantes del acuerdo, la reacción fue también enérgica. Gabriel Valdés, presidente de la Democracia Cristiana, dijo que la negativa del Gobierno implica "una falta de respeto para las fuerzas políticas que representan mayoritariamente al pueblo chileno".

Para el líder democristiano, con el rechazo al Acuerdo Nacional "se ha cometido un nuevo error histórico, tal vez el más grave del Gobierno". "Se está llevando al país hacia una situación de polarización y conflicto", dijo.

El derechista Andrés Alamand, presidente del Movimiento de Unidad Nacional y firmante del acuerdo, dijo que la respuesta del Gobierno fue "otra demostración de su intransigencia".

A pesar de la respuesta negativa, el Gobierno no está dispuesto a quemar todas sus naves en la relación con la Iglesia y llevar la tensión a un punto de no fácil retorno. Entre otras cosas, porque dentro del régimen y las fuerzas armadas hay también sectores partidarios del diálogo con el Acuerdo Nacional.

La Prensa diaria chilena destacó en sus ediciones del fin de semana el buen estado de las relaciones Gobierno-Iglesia. El sábado, el ministro del Interior dijo: "Vemos con mucha satisfacción esta entrevista del cardenal con el presidente de la República, que fue concebida para una fecha muy especial, la víspera de Navidad".

Preguntado por las relaciones entre esas dos instituciones, García dijo: "Yo creo que si habláramos de un síntoma de acercamiento estaríamos presuponiendo un alejamiento previo. Yo quisiera hablar siempre en términos muy positivos: que hay una cercanía permanente".

El cardenal Fresno, sin embargo, dijo que en la entrevista sólo le ofrecerá a Pinochet "la paz que trae el Niño Dios para todos, y sin distinciones; todo hombre de buena voluntad debe recibir la paz del Señor". "Yo pretendo", dijo, "hacer lo que he hecho con todos los estamentos: ofrecer esa paz que el Señor nos trae, y que nos dará también esa vida, esa luz para alcanzar esta unidad de la familia".

Fresno dijo que la cita con Pinochet será "simplemente un momento de saludo". Agregó que no cree que se traten otros temas. "Creo más bien", dijo, "que lo que se piensa al invitarme es intercambiar el saludo de Navidad, como era tan corriente en los antiguos tiempos".

Los partidos firmantes del acuerdo, que desde hace dos semanas debaten si deben movilizar al pueblo contra el régimen o sólamente negociar, se encuentran, sin embargo, a la espera de los resultados de la reunión entre Fresno y Pinochet para decidir su táctica futura.

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