Reagan pone en marcha indirectamente su política antiterrorista
Estados Unidos, utilizando a su aliado estratégico, Israel, y aviones de fabricación norteamericana, ha puesto por primera vez en práctica, por vía indirecta, su anunciada política antiterrorista, que Ronald Reagan nunca se ha atrevido a ejecutar cuando han sido atacados directamente los intereses norteamericanos.
Con su apoyo y legitimación del ataque israelí contra la base de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) en Túnez, Washington ha confirmado la doctrina de las represalias contra el terrorismo, y asegura que es válida para cualquier zona del mundo, incluida Centroamérica. Un portavoz de la Casa Blanca no quiso responder a la pregunta de si EEUU aceptaría, en consecuencia, que la Unión Soviética bombardeara Líbano para responder al asesinato de uno de sus diplomáticos."Tenemos una firme política antiterrorista, y creemos en la necesidad de responder y golpear a los terroristas si sabemos donde están", afirmó un portavoz presidencial. Pero hasta el momento, esa política no había pasado de su enunciación verbal, y Reagan no respondió con la fuerza durante la crisis de los rehenes en Beirut, ni a la destrucción del cuartel de los marines en la capital libanesa, ni al asesinato de soldados estadounidenses en El Salvador.
Las opciones militares fueron consideradas entonces, pero el presidente las descartó alegando que una respuesta indiscriminada mataría a inocentes, y entonces "te conviertes también en un terrorista", dijo.
La Administración de Reagan no tenía aún ayer una confirmación independiente de fuentes distintas al espionaje israelí de que la OLP hubiera organizado los asesinatos de tres isralíes en Chipre, causa directa del ataque a Túnez. Sin embargo, Reagan explicó el martes que las represalias son legítimas "siempre que escojas a los responsables". Preguntado si Israel había elegido correctamente en este caso, el presidente afirmó: "Yo siempre he tenido mucha fe en su capacidad de espionaje".
La rapidez en justificar la acción aérea contra la OLP contrasta con la actitud observada por Estados Unidos en 1981, cuando condenó el ataque israelí a un reactor nuclear iraquí en las afueras de Bagdad. En aquella ocasión fueron utilizados también aviones estadounidenses, y la Administración de EE UU indicó que se había violado una ley norteamericana de control de exportaciones, que impide la utilización del equipo militar norteamericano, salvo en caso de autodefensa.
Estados Unidos ha considerado esta vez el ataque del martes como una acción de autodefensa. Un completo silencio cayó ayer sobre las denuncias de una supuesta complicidad norteamericana en el ataque de Túnez, que ha sido tajantemente negada por la Administración de Reagan. Los grandes periódicos, como The New York Times, que suelen ofrecer exhaustivas investigaciones sobre historias de este tipo, prácticamente no se referían a ello, e incluso daban in formaciones contradictorias sobre el avión empleado, F- 16 o F- 15.
La aprobación por Estados Unidos del ataque israelí contra la base de la OLP en Túnez provocó un debate en el seno del Gobierno y no fue plenamente compartida por el secretario de Estado, George Shultz. El portavoz presidencial, Larry Speakes, dijo ayer que la compresión manifestada por la Casa Blanca había que entenderla a la luz de los antecedentes de las agresiones palestinas contra Israel. El propio Ronald Reagan envió un mensaje al presidente tunecino, Habib Burguiba, en el que le hacía llegar sus "sinceras condolencias" por la pérdida de vidas humanas.
Las primeras consecuencias de la acción israelí han sido la pérdida de confianza en EE UU por parte de sus aliados en la zona, los países árabes moderados, Arabia Saudí, Jordania, Egipto, así como Túnez, a cuyo presidente, Habib Burguiba, Reagan prometió recientemente en Washington proteger la integridad territorial de su país. Para Egipto, lo ocurrido es "un acto criminal", y para Túnez, que ayer logró la convocatoria del Consejo de Seguridad de la ONU, "terrorismo de Estado". El rey Hussein, sorprendido en Washington por la noticia, condenó el hecho y advirtió que juega a favor de quienes quieren destruir la posibilidad de alcanzar la paz en Oriente Próximo.
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