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Violencia en Oriente Próximo

Integristas islámicos asesinan a uno de los diplomáticos de la URSS secuestrados en Beirut

El cuerpo de un hombre sin documentación alguna que pudiese indentificarle fue hallado a primeras horas de la mañana de ayer, miércoles, por la policía libanesa en un descampado de los suburbios de Beirut. Varias horas después, la hasta ahora desconocida Organización de Liberación Islámica (OLP Fuerzas de Jaled Ben al Walid, difundía un comunicado en el que aseguraba -y así se confirmó después- que el cadáver era el de uno los cuatro funcionarios soviéticos de la Embajada en Beirut secuestrados, en dos operaciones coordinadas, el pasado lunes.

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Esta organización, por llevar el nombre de uno de los generales del profeta y por las exigencias que expuso en su primer comunicado de reivindicación de los secuestros, parece estar formada por elementos suníes integristas.En el depósito de cadáveres del hospital de la universidad Americana de Beirut, adonde fue trasladado el cuerpo, la prohibición de entrar a los periodistas y fotógrafos era tajante. Sólo después de varias horas, un muy cauteloso funcionario de la Embajada soviética confirmaba que el cadáver pertenecía a uno de sus compañeros secuestrados.

La confusión, constante desde el mismo inicio del secuestro por las distintas llamadas telefónicas y comunicados de diferentes organizaciones, continuó hasta media tarde, cuando el jefe de patología legal del hospital, Ahmed Harati, afirmaba que el secretario político de la Embajada soviética, Igor Mazurov, había identificado el cadáver como perteneciente al secretario consular, Arkadi Katakov.

Katakov, junto a Valeri Mirikov, agregado comercial; Oleg Spirin, agregado, y el médico de la Embajada, Nicolai Svirski, había sido secuestrado el lunes por la tarde, no lejos de la misión diplomática soviética.

El primer comunicado difundido por los terroristas exigía la retirada de las fuerzas prosirias que asedian Tripolí; y aseguraba, lacónicamente, refiriéndose a los secuestrados soviéticos: "Les mataremos a todos". Su objetivo es que la Unión Soviética ejerza su influencia sobre Siria para que ésta, a su vez, obligue a las milicias aliadas de Damasco a levantar el sitio de Trípoli (Líbano), donde resisten, desde el sábado pasado, sus correligionarios del Movimiento de Unificación Islámica (MUI).

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La ejecución de Katakov fue advertida el martes por la noche cuando, en un segundo comunicado, la OLI salía al paso de las reivindicaciones de otros grupos (entre ellos, Yihad Islámica) y presentaba la prueba de que tenía a los soviéticos: fotos de los cuatro con una pistola apuntándoles directamente a la cabeza.

Tras una conversación telefónica de 50 minutos entre el presidente de Irán, Ali Jamenei, y el de Siria, Hafez el Asad, una delegación iraní, junto con algunos representantes del Partido de Dios libanés integristas shiíes, entraba en la ciudad asediada y parlamentaba con el príncipe del MUI, el jeque Said Saaban, con quien, después, se trasladaba a Damasco para reunirse con el vicepresidente, Abdel Halim Jadam.

Los funcionarios de la URS S en Beirut, estimados ahora en menos de 30, se encuentran bajo amenaza después del último comunicado de la OLI, difundido a media tarde de ayer. En él se advierte "al personal diplomático soviético y a los miembros del KGB en el Beirut musulmán de los peligros que corren en la Embajada", y les da un plazo de 48 horas para abandonar el "Beirut musulmán, ya que, de no hacerlo, sus edificios se derrumbarán sobre sus cabezas".

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