La muerte en el bombardeo israelí del jefe de seguridad de Arafat, un duro golpe para la OLP

La muerte de Alí Zibaa, jefe de la guardia personal de Yasir Arafat y máximo responsable de los comandos especiales de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), ha supuesto un duro golpe para la resistencia palestina. Ésta, 24 horas después del bombardeo del martes contra Hammam-Plage, en el que murió este jefe militar, ha podido saber que los servicios secretos israelíes poseen información exacta y detallado de aspectos internos hasta ahora considerados de la máxima reserva por la organización. Alí Zibaa era el jefe de la Fuerza 17 (F-17), unidad especial palestina que se cree proyectó y dirigió el atentado que el pasado 25 de septiembre costó la vida a tres ciudadanos israelíes en el puerto chipriota de Larnaca.

Informaciones recogidas por en el lugar del bombardeo, con las que coinciden fuentes diplomáticas, apuntan la posibilidad de que en la zona residencial de Hammam-Plage, a 22 kilómetros de Túnez capital, se encontraba una base de F-17, unidad fantasma, a veces presentada como la responsable de la seguridad personal de Arafat y otras como una organización autónoma dentro de la OLP, que dispone de unidades adiestradas para operaciones especiales y secretas.La aviación israelí destruyó totalmente el centro de comunicaciones de la OLP, aunque no un edificio, también de dos plantas como el anterior, situado justa mente al lado, y en el que se divisa un letrero, flanqueado por banderas palestinas, que advierte de la existencia de una escuela de altos mandos militares. Este centro acoge a un colegio de enseñanza primaria de niños palestinos y en él hay instaladas tres enormes antenas de radio, una de las cuales sufrió daños en su. parte posterior a consecuencia del bombardeo.

El edificio no fue tocado por la aviación israelí, probablemente por su aparente condición de colegio y la existencia de escolares en su interior, aunque no se descarta, a falta de confirmación, que encerrara otras instalaciones, probablemente en los anexos al edificio colindante destruido (que albergaba el centro de comunicaciones) y donde se supone que se produjo el mayor número de víctimas. Fuentes tunecinas confirmaron ayer que el bombardeo del martes ha producido hasta la fecha más de 60 muertos.

Medios oficiosos del Gobierno de este país han reconocido que en el momento del bombardeo se estaba celebrando una reunión de destacados miembros de la OLP; que una posible visita de Arafat había concentrado en la zona mayor número de palestinos de los que generalmente residen en el lugar, y que además del jefe Zibaa, cuyo nombre de guerra era Abu Thaleb, entre los muertos podría haber más miembros del F-17.

Arafat dijo la esta madrugada en una conferencia de prensa que se iba a producir "cierta transformación geográfica" en la Europa mediterránea en relación con las aspiraciones palestinas tras el bombardeo. Arafat respondía así a una pregunta sobre un posible cambio de España en su anunciado proyecto de reconocer al Estado de Israel en la actual legislatura. El líder palestino destacó ante una veintena de periodistas occidentales el mensaje personal recibido en la sede de la OLP en Túnez por parte del presidente del Gobierno español, Felipe González, y destacó similar actitud de solidaridad por parte del presidente francés, François Mitterrand, y del primer ministro italiano, Bettino Craxi. En la conferencia de prensa, Arafat expresó su convencimiento de que el ataque israelí contra el cuartel general de la OLP se había perpetrado con la ayuda de EE UU, y reveló que entre los fallecidos se encontraban no sólo miembros de la OLP, sino tunecinos y numerosas mujeres y niños.

El embajador norteamericano

El hecho más importante surgido ayer en Túnez en relación con el bombardeo fue la convocatoria por parte del presidente Habib Burguiba a su palacio de Cartago del embajador norteamericano en Túnez, Peter Sebastian, hábil diplomático que suele disfrutar de una inmejorable condición de relaciones públicas con el Gobierno tunecino, hasta el punto de que su nombre en raras veces no aparece en los periódicos, presencia que refleja sus múltiples actividades.

El Gobierno tunecino, que en lo que va de año ha recibido ayuda del Pentágono por valor de 21 millones de dólares (unos 3.400 millones de pesetas) y que se ha visto fuertemente apoyado por Estados Unidos en sus crisis con Libia, no podía dejar pasar el calificativo de "acto de represalia legítima" con que Washington calificó inicialmente el ataque aéreo israelí, máxime cuando los periódicos de ayer destacaban titulares como "Estados Unidos aprueba", y en la calle se fraguaban las primeras manifestaciones populares, al tiempo que las emisoras oficiales de Libia y Argelia no cesaban de difundir una supuesta connivencia norteamericana en el suceso.