La esperanza de una vacuna

Las investigaciones sobre el Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida (SIDA) se centran, en estos momentos, en la búsqueda de una vacuna que permita luchar contra la enfermedad. Las posibilidades de lograrlo antes de que transcurran al menos dos años son prácticamente nulas.Sin embargo, tanto el avance que supuso el aislamiento del virus que produce este mal (LAV-HTLV III) como los fuertes intereses económicos que mueven a los dos grupos que trabajan actualmente en este sentido -los investigadores franceses del Instituto Pasteur, y los norteamericanos de los institutos nacionales de Sanidad- permiten abrigar fundadas esperanzas. El SIDA tiene un período de incubación que puede llegar a ser de seis años. Los primeros síntomas son fiebres, malestar general, sudores nocturnos y fuertes diarreas que producen una gran pérdida de peso.

Posteriormente, pequeñas manchas en la piel de color morado oscuro muestran la existencia del cáncer de Kaposi. A esto hay que unir el aumento del tamaño de hígado y bazo, así como la hinchazón de los ganglios linfáticos. Las llamadas infecciones oportunistas, son, en casi todos los casos, las que acaban causando la muerte a causa del fallo del sistema inmunológico.