Dobles vidas en la meca del cine
La revista norteamericana Time publicó en la primera semana de agosto, al poco tiempo de que Rock Hudson fuese ingresado gravemente enfermo en un hospital de París, un reportaje en el que por primera vez se hablaba a las claras, aprovechando las supuestas .conexiones clínicas entre el SIDA que padecía y la homosexualidad, de la hasta entonces semisecreta vida sexual del actor.De paso, dicho reportaje se refería a la doble vida de personajes que, siendo homosexuales como él, fueron prototipos del heterosexual en su imagen cinematográfica.
Entre éstos se citaba a otros actores, algunos tan conocidos como Ramón Novaro, uno de los más famosos latin-lovers del cine mudo; Montgomery Clift, Tyrone Power, Errol Flynn y Sal Mineo. Supuestamente homosexuales, aunque no citados por Time, fueron también Albert. Dekker, Liberace, Rodolfo Valentino y James Dean, y dos grandes genios del cine, el norteamericano Griffith y el alemán Murnau.
Masculino y natural
El reportaje de esta revista hablaba de que Rock Hudson pasaba los días en su casa de Los Angeles. Cuando quería airearse iba a San Francisco, donde, según un artículo publicado en el Chronicle de esta ciudad, no le importaba ser visto en discotecas y restaurantes gay. Un columnista del Chronicle, Armistead Maupin, señaló que en 1976 intentó persuadir a Hudson de que hiciera pública su homosexualidad. "Rock pareció pensar: un día de estos voy a tener muchas cosas que decir. Yo pensé que sería una buena idea, porque era exactamente igual en la vida privada que sus personajes de la pantalla, muy masculino y natural".El actor estaba todavía amargado, según Maupin, por el hecho de que hubiese sido forzado a un matrimonio de conveniencia en los años 50. Fue infeliz y fracasó.
Los sentimientos han cambiado desde esa época hasta ahora. Los gays son activos en muy diferentes campos, y ha habido muchas películas y obras de teatro acerca de homosexuales, desde Los chicos de la banda y Víctor o Victoria, hasta el musical La jaula de las locas, y dos obras de éxito acerca del SIDA, la de William Hoffman As Is, y la de Larry Kramer The normal heart.
Tennessee Williams escribió y habló sobre su homosexualidad, algo que autores de teatro más tempranos, como Lorenz Hart, Cole Porter y Nöel Coward, nunca pudieron hacer libremente. Aunque ningún actor de cine y de teatro ha proclamado su homosexualidad. Y por una buena razón: han pensado que el público se volvería en su contra. "El dólar es lo que cuenta", dice George Christy, un columnista del Hollywood Reporter. "La homosexualidad es todavía un estigma en nuestra sociedad".
El SIDA ha añadido un siniestro toque a esta vieja historia. El mal ya ha afectado a las colonias del cine y del teatro. "Durante los últimos dos o tres años al menos 20 personas que trabajaban aquí han muerto", dice Joseph Papp, director del New York City's Public Theatre. "La primera vez nos vimos sorprendido de que un joven de 23 años fuese afectado. Luego vinieron otras víctimas".
Babelia
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