Los incidentes políticos deslucen el final del certamen donostiarra
Esta noche quedará clausurado el 33º Festival Internacional de Cine de San Sebastián, una vez que se hayan entregado los premios y proyectado la película Back to the future, una producción de Spielberg. A pesar de que el resurgimiento del festival no ofrece dudas a los observadores tras la crisis de los últimos años, y una vez recuperada para el festival la categoría A, los últimos incidentes registrados en la capital donostiarra, como la violenta interrupción, anoche, de la sesión en el palacio Victoria Eugenia, han deslucido los últimos días el lado más festivo del concurso.
Unos 50 manifestantes, de ideología abertzale, interrumpieron violentamente la sección oficial del Festival, cuando se proyectaba la película italiana Hijo mío, infinitamente querido, sobre las 21.00 horas, en el palacio Victoria Eugenia. La proyección, suspendida durante media hora, se reanudó luego. Aunque efectivos de la policía municipal custodiaban a esa hora la entrada del Victoria Eugenia, donde se celebra el festival, grupos de jóvenes abertzales consiguieron entrar en el recinto y en el patio de butacas, donde lograron paralizar la proyección mientras daban gritos en favor de ETA, contra el PSOE y la policía, y entonaban el Eusko gudariak himno del soldado vasco.
La tensión se mantuvo unos cinco minutos. La sala se encontraba a oscuras y algunos miembros del público, de los palcos superiores, respondieron a los manifestantes llamándoles "cobardes".
Una vez interrumpida la proyección y cuando algunos abertzales, cubriéndose el rostro con pañuelos, se colgaron del telón con intención de cerrarlo, unos 25 policías nacionales, provistos de material antidisturbios, entraron en el palacio del festival, abriéndose paso entre los guardias municipales que se encontraban en la entrada. Los policías nacionales se quedaron unos minutos, pero no llegaron a entrar en el patio de butacas. Una vez restablecida la normalidad, se mantuvieron a una discreta distancia del edificio, en previsión de más incidentes.
Suspendidas dos secciones
La secretaria general del festival, Pilar Olascoaga, había declarado ayer a este periódico, antes de los incidentes en el Victoria Eugenia: "Los últimos acontecimientos no han influido en la marcha del festival. No creo que nada pueda cambiar su balance positivo, pase lo que pase ahora". Se refería a la huelga general convocada en toda Guipúzcoa en protesta por el atentado que causó la muerte de cuatro militantes de ETA en Bayona. Pero lo cierto es que la incidencia de los incidentes en los servicios de transporte motivaron la suspensión, ayer, de las proyecciones de dos secciones paralelas del festival: Zona abierta (zabaltegui), y Cenizas y diamantes. Pilar Olascoaga se había acercado al mediodía de ayer a los periodistas que acudieron a la presentación de la película inglesa Zina para señalar que "todo va muy bien".En el teatro Victoria Eugenia, donde se exhiben las películas de la sección oficial y en donde se encuentran las oficinas del festival, se intentó ayer que el Festival de Cine quedara resguardado de los incidentes que se produjeron al mediodía. Se pretendía que el festival quedara aislado, como una campana de cristal, mientras a su alrededor la mayor parte de establecimientos céntricos, restaurantes y servicios, habían cerrado sus puertas.
La nota que la dirección del festival había difundido en la noche del jueves, poco después de que se entrevistara con representantes de la convocatoria de la huelga general (Herri Batasuna y gestoras proamnistía), fue la siguiente: "El festival se solidariza con el dolor por los muertos en Bayona. A pesar de ello, anuncia que mañana, día 27, seguirán celebrándose los actos de carácter cultural y cinematográfico".
En cambio, sí quedaban suspendidos los actos más frívolos, en palabras de la dirección del festival de cine donostiarra, como algunos cócteles y otros festejos, así como la proyección en pantalla externa al teatro Victoria Eugenia de los movimientos de las figuras del cine que se encontraban en el recinto tanto en las conferencias de prensa como en el momento en que, vestidos de gala, suben las escaleras envueltos en los flashes de fotógrafos.
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