El dibujante Quino, creador de Mafalda, indignado por la utilización de sus viñetas como emblemas franquistas
El autor argentino afirma que sus personajes son demócratas y antifascistas
El dibujante argentino Quino, hijo de republicanos españoles, hizo pública ayer su protesta por la utilización de sus dibujos con fines políticos. "No entiendo", declaró, "por qué han elegido a mis personajes, ya que está claro que Mafalda y sus amigos son demócratas y antifascistas". En varios puntos de Madrid se venden pegatinas con famosos personajes -Mafalda y Snoopy, entre otros- portando enseñas y banderas del anterior régimen y símbolos fascistas. Este periódico pudo comprobar que, como indicó Quino, en el estanco del Ministerio de Cultura está a la venta una efigie de Guille -el hermano pequeño de Mafalda- con una bandera española con el escudo, anticonstitucional, del régimen anterior. El dibujante va a poner el asunto en manos de un abogado.
Joaquín Salvador Lavado, conocido mundialmente como Quino, se encuentra en España de paso para Argentina. Suele pasar seis meses en Milán (Italia) y el resto del año en su país natal, donde en la actualidad tiene asignada una página semanal con sus dibujos en el diario Clarín, el de más difusión en Buenos Aires. En los días que ha pasado en Madrid, un amigo le puso al corriente de que en varios puntos de la capital están a la venta sus personajes con símbolos fascistas o portando banderas anticonstitucionales. EL PAIS confirmó que tanto en la zona de Argüelles como en la de Goya están a la venta, entre otros símbolos fascistas y del régimen anterior, pegatinas piratas con famosos personajes de comics, entre ellos Mafalda y su pandilla y Snoopy. Asimismo, y por indicación de Quino, se constató que en el estanco del Ministerio de Cultura, situado en la quinta planta del edificio, se venden pegatinas de Guille portando una bandera española con el escudo que utilizaba el régimen anterior, hoy declarado anticonstitucional. El dibujante se ha sentido "profundamente molesto" por este hecho. "Me indigna tanto que no sé qué decir", declaró. "Francamente, no puedo entenderlo".
"La piratería, del tipo que sea, me sienta mal", dice Quino, "y la hay bastante por ahí en camisetas y otros objetos, pero si encima interviene el manipuleo político es mucho peor. De cualquier lado que venga, me hubiera sentado fatal, pero éste es el peor por el que podía haber venido". El dibujante piensa que tanto Mafalda como el resto de la pandilla -Manolito, Miguelito, Guille, Susanita y la pequeña Libertad- están a favor de la democracia y son, desde luego, antifascistas. "No entiendo cómo han cogido a mis personajes, tan distintos de su ideología. Verdaderamente, estoy indignado".
Familia republicana
Quino nació en Argentina, aunque sus padres son españoles nacidos en Fuengirola (Málaga). "Mi familia siempre ha sido republicana. Aunque no vivieron la guerra, mis padres llegaron a Argentina en 1919 y toda mi niñez está marcada por el recuerdo de lo español, siempre del lado republicano. En mi casa, los cajones estaban llenos de escarapelas de la República y la guerra civil se seguía al día. Cada ciudad que caía en manos franquistas durante la guerra era una llorera para todos. Recuerdo a mi madre tejiendo calcetines para los refugiados españoles. Por eso no entiendo por qué utilizan a mis personajes en una ideología tan diferente a la mía". "Algo parecido me ocurrió en Argentina", continúa Quino, "donde mis dibujos fueron descaradamente manipulados. Había un poster en el que se veía a un policía argentino y Mafalda, mirando al lector, señalaba la porra reglamentaria y decía: 'Ven, éste es el palito de abollar ideologías'. Entonces, uno de los múltiples servicios paralelos que operaban en aquellos años difundió otro dibujo en el que aparecía el policía, Mafalda y Manolito; este último exclamaba: 'Ves, Mafalda, gracias a este palito podemos ir tranquilos a la escuela'. Empapelaron con este cartel todo Buenos Aires".
En aquella época, Quino tuvo que salir de su país y se trasladó a Italia. "Muchos amigos desaparecieron en Argentina y la vida se hizo imposible". No había entonces forma de replicar al régimen. El dibujante afirma que en este caso, sin embargo, no piensa quedarse quieto. "Tengo una persona aquí que se ocupa de mis cosas y quiero que vaya a ver a un abogado, aunque sé que es difícil pescar a esta gente". Además, se siente de sangre española: "Éste es un país al que quiero muchísimo, que está muy cercano a mí, y sé que a la juventud de aquí le gusta mi trabajo. A veces me apena no estar publicando en España con alguna periodicidad".
Para Quino, Mafalda armaría un escándalo ante una utilización como la que se está haciendo de ella en España, "pero protestaría en plan serio, verdaderamente indignada". De ninguno de sus personajes puede afirmarse, según el dibujante, que sea "ni siquiera autoritario".
Miguelito y Mussolini
En una ocasión, según recuerda, -"hice un chiste en el que Miguelito decía que la llegada del hombre a la Luna se debía a Mussolini porque sin Mussolini tal vez no hubiera existido Hitler, sin Hitler los científicos alemanes no hubieran emigrado a Estados Unidos y sin los científicos alemanes no hubiera sido posible la llegada del hombre a la Luna. Una descendiente de Mussolini me escribió una carta dándome las gracias porque, por fin, alguien había hecho justicia al dictador italiano, cuando yo quería decir, evidentemente, todo lo contrario". Quino abandonó a Mafalda y a sus amigos después de 10 años de intensa relación con ellos. "Abandoné a Mafalda en 1973 porque el esfuerzo para no repetirme era tal que se convertía en un sacrificio y no disfrutaba dibujando", afirma. La creación de Mafalda y sus amigos fue completamente casual. "No fue una idea mía, sino de una agencia de publicidad, que me la encargó para una campaña que nunca llegó a realizarse. Guardaba en un cajón los dibujos de Mafalda y, al cabo del tiempo, me llamó un amigo (luego desaparecido) preguntándome qué le podía ofrecer para una nueva publicación. Le enseñé los dibujos y le gustaron. Pintaba a Mafalda al día, sin saber cómo iba a evolucionar, y para ello echaba mano frecuentemente de mi infancia. Lo de la sopa es, desde luego, un recuerdo personal".
Según el dibujante, "nunca sé la repercusión que pueden tener mis dibujos". Reconoce que muchas veces no entiende la interpretación que se hace de ellos. Recuerda un caso reciente que le ocurrió en Argentina: "Hice un dibujo de Caperucita Roja rodeada de guardaespaldas, algunos de ellos con walkie-talkies y el pelo cortado a cepillo, y en segundo plano, el lobo, llorando. Dijeron que Caperucita era Alfonsín rodeado de gorilas que no le dejaban gobernar. Otros dijeron que la verdadera significación estaba en el lobo, que representaba a los militares argentinos. En realidad, lo pinté simplemente porque era una idea que tuve y me gustó".
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