Expulsado de Chile el corresponsal de la agencia norteamericana UPI

El Gobierno chileno ha expulsado del país al corresponsal de la agencia norteamericana United Press International, en un intento por estrechar el cerco informativo tendido sobre la Prensa nacional e internacional desde que se impuso el estado de sitio, hace tres semanas. El corresponsal Anthony Boadle, de 31 años, fue acusado de haber enviado una información falsa en la que daba cuenta de la muerte de un soldado y dos civiles, pero la UPI negó haber enviado tal despacho a ninguno de sus clientes.El martes pasado, el Gobierno anunció que todas las autorizaciones para corresponsales extranjeros, en Chile quedaban caducadas y que se estaba revisando con especial cuidado las informaciones sacadas al exterior.

El jueves por la noche, cuatro policías vestidos de paisano llegaron hasta las oficinas de la United Press International, en el centro de Santiago, para llevar a Boadle a un cuartel cercano y expulsarlo del país en menos de dos horas, sin ofrecerle ninguna explicación.

"No me explicaron la razón de la medida, no me interrogaron ni tampoco me trataron mal, simplemente me expulsaron", dijo el periodista al llegar a Lima, en la madrugaba del vienes, en un vuelo de Lan Chile, la línea aérea estatal chilena. Un portavoz de la agencia UPI en Washington dijo que ésta nunca había pasado tal información.

Simultáneamente, se informó que una misión de alto nivel de la Sociedad Interamericana de Prensa, que reúne a los editores de todos los periódicos de América, llegará a Chile el domingo para revisar la situación de la Prensa y contactar con los periodistas afectados por las medidas de la autoridad.

Equipos de Prensa de diversos medios informativos internacionales, incluida Televisión Española, se quejaron de haber sido retenidos y requisado su material durante la jornada de protesta que se desarrolló en Chile entre el martes y el rniércoles pasado. Grupos de soldados que patrullaban masivamente las calles el miércoles detuvieron a seis equipos de prensa y les requisaron sus rollos de película, sus cintas de vídeo y hasta sus libretas de apuntes.