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32º FESTIVAL DE SAN SEBASTIÁN

Marco Ferreri es el mayor atractivo del certamen

Tras una breve exhibición de fuegos artificiales, con la presencia del lendakari Carlos Garaikoetxea (silbada en la calle y aplaudida en el interior) y una rutinaria presentación en euskera y castellano de Carlos Gortari, que este año dirige el festival, dio comienzo la XXXII Muestra Cinematográfica de San Sebastián. Sólo la figura de Marco Ferreri, que convocó una conferencia de prensa tras la proyección de su película El futuro es mujer, dio realce a esta muestra, que no tiene prevista sorpresas mayores a pesar de los continuos rumores sobre la visita de algunas otras famosas figuras del cine.

ENVIADO ESPECIAL,San SebastiánFerreri que, como es habitual en sus declaraciones, suele rechazar el planteamiento de la mayor parte de las preguntas que se le dirigen, cansado, según declara, de tener que describir tanto su cine en lugar de dejarle libertad al espectador para que por su cuenta decida el sentido de cada película, sufre, consecuentemente, con los posibles fallos en la proyección o con cualquier elemento que pueda alterar mínimamente su obra. Mostró, por ejemplo, un nerviosismo adolescente cuando se interrumpió la proyección de El futuro es mujer en sus primeras secuencias, quizá las más sugestivas de la película. EL PAIS ya informó de ella cuando fue presentada en el reciente festival de Venecia, donde la crítica italiana se mostró negativa.En San Sebastián, por el contrario, ha sido acogida con mayor interés: no en vano prolonga con energía el ya conocido planteamiento de Ferreri sobre la decadencia de la sociedad occidental y su inevitable cambio por un nuevo orden o un más humano desorden, en la línea del Semen del hombre o Adiós al macho, es decir, en la seguridad de que está naciendo de la mujer un concepto distinto de las relaciones, el amor y la vida. Aunque con menor capacidad poética que Historia de Piera, esta nueva obra de Ferreri utiliza igualmente su imagen como medio básico de su expresión. La localización de exteriores o la creación de decorados, el juego de colores y de luces, descubren un mundo seco, insensible, violento, al que sólo la lucidez y la ternura de la mujer aportan una esperanza.

Polémicas

La presencia de Ferreri ha volcado el interés de la Prensa local, aunque en algún periódico se haya comentado igualmente la organización que el festival tiene este hecho, no sólo respecto a su orden cotidiano (son mínimos los fallos que no se repitan también en otros festivales), sino a su filosofía última. Un artículo de Egin, titulado Expectativas inciertas, en el que erróneamente se adjudica el nombramiento de Gortari al Gobierno central, denunció como "enemiga de cuidado" a Pilar Olascoaga, secretaria general del festival desde hace 25 años y a cuya persistencia se debe en buena parte que éste continúe. En su defensa se manifestaron públicamente los directores de las secciones Cine y Televisión, Nuevos Realizadores y Euskadi-Flandes, afirmando que no habían sido discriminados por Olascoaga en la utilización, de los medios de que el festival dispone.Pequeña polémica que hace ya augurar otra mayor al final del certamen, cuando la gestión de Gortari -se conozca en sus resultados. El nuevo director dice haber optado "por una filosofía pragmática que combina lo inédito con lo informativo, el ambiente de trabajo y el de fiesta, el panorama internacional con la muestra de las novedades del cine español en un momento de patente vitalidad creadora". De momento, la retirada de la delegación argentina, indignada ante el cambio de opinión de Gortari sobre la película que debía representarles (véase EL PAIS de ayer) no es un dato favorable, sino, por el contrario, de delicada repercusión.

En cualquier caso, la programación del certamen está siendo recibida con suficiente aplauso. El amor de Swann, de Volker Schiöndorff, q'ue se ha mostrado en la sección oficial, ha sido acogida con calor sin necesidad de considerar su posible fidelidad al texto de Proust, error en el que insistieron demasiados críticos cuando la película fue mostrada, fuera de concurso y en sesión lateral, en el pasado festival de Cannes. En un tono narrativo clásico y con una correcta reconstrucción histórica, Sclilóndorff narra una apasionada historia de amor (la de Swánn por la joven prostituta que le hará perder su consideración social en el elegante París de la época) con sobriedad y pulcritud, es la película que quiso hacer: Proust está en sus libros.

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