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Trabas oficiales a los matrimonios de estudiantes soviéticos con occidentales

Pilar Bonet

Los matrimonios entre estudiantes becarios occidentales y ciudadanos soviéticos son el blanco de los ataques del periódico Literaturnaia Gazeta, que ha dedicado dos artículos consecutivos a advertir a la población sobre las actividades antisoviéticas de unos jóvenes de apariencia inofensiva.La serie, ilustrada con ejemplos de la Universidad de Voronetz (centro industrial de Rusia central) y de la Universidad de Moscú, ha sido bastante comentada en círculos estudiantiles becarios, que la interpretan como un síntoma de creciente cerrazón de cara a Occidente y como un producto del clima de mayor vigilancia existente sobre los contactos entre la población soviética y la comunidad de extranjeros residentes en la URSS.

Una disposición legislativa que ha entrado en vigor en julio recuerda a los soviéticos la obligatoriedad de informar a los órganos de la seguridad pública sobre eventuales invitaciones de huéspedes extranjeros a sus domicilios. La disposición, aprobada el pasado mayo y firmada por el líder Konstantín Chernenko, establece multas de hasta 100 rublos (20.000 pesetas) para quienes violen esta norma.

Pretenden destruir el socialismo

Según Literaturnaia Gazeta, determinados círculos en el extranjero quieren aprovechar "la colaboración y el intercambio en el campo cultural y científico para destruir el socialismo". Uno de estos modelos es, según el periódico, el matrimonio ficticio practicado por ciudadanos de Francia, Estados Unidos, Reino Unido y otros países.

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El becario-espía se comporta de una determinada forma. Llega, "conoce a una chica, se entera de quiénes son sus padres y si tienen relación con ramas interesantes de la industria o la ciencia". En caso afirmativo comienza un cortejo aparentemente inocente, donde no se habla de política. Cuando la beca se acaba, el estudiante regresa a su país muy triste y prometiendo que volverá, pero es otro nuevo becario el que llega y da "recuerdos de Michel".

Conocedores del mundo estudiantil soviético, opinan que el artículo de Literaturnaia Gazeta deforma maliciosamente la realidad. Las fuentes citan varios casos de matrimonio entre un o una occidental y un soviético que se encuentran separados, porque el occidental ha tenido que abandonar la URSS dejando tras sí a su cónyuge, que no ha recibido permiso para marcharse.

En muchas ocasiones, señalan las fuentes, son los mismos soviéticos quienes buscan a los extranjeros solteros residentes en la URSS con fines matrimoniales y, en última instancia, con el objetivo de emigrar. Por estos matrimonios ficticios no resulta inhabitual pedir enormes sumas de dinero y se puede llegar a solicitar el equivalente a un millón de pesetas.

Literaturnaia Gazeta se refiere también al caso de varios estudiantes expulsados de la URSS por actividades antisoviéticas, tal como el alemán occidental Heinz Maul, que difundía Prensa antisoviética recibida por correo a través de la Embajada de la República Federal de Alemania.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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