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Los expertos de Sanidad certificaron en la aduana de Irún que las gambas tóxicas eran aptas para el consumo

La partida de gambas tóxicas importadas de Taiwan, de la marca Jaili Brand, entraron en España el pasado día 17 de noviembre por la frontera de Irún donde los servicios del Ministerio de Sanidad de la aduana certificaron que esos productos "reconocidos por los servicios veterinarios se encuentran en perfectas condiciones para su consumo" según consta en el despacho de la Dirección General de Aduanas al que ha tenido acceso EL PAÍS. La partida de gambas, que pesaba en neto 16.330 kilos y fue importada por la empresa de La Coruña. Alimentos del Atlántico, SA (Aliko), por un importe de 8.400.000 pesetas, ha sido prácticamente consumida, a excepción de alrededor de 3.000 kilos que ha logrado intervenir el Ayuntamiento de Madrid tras la denuncia presentada por una ciudadana.

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La partida de gambas llegó a Irún en un camión TIR procedente de Rotterdam (Holanda), donde la consumición de este producto produjo una grave intoxicación que causó 12 muertos. El director general de Salud Pública, Enrique Najera, manifestó ayer que "es posible que las gambas se encontraran en buen estado al pasar la frontera y que la shigella -la bacteria que causa la intoxicación llegara a posteriori". Najera añadió que "aunque el Laboratorio Municipal de Madrid dice que ha aislado la shigella, Sanidad está investigando en este campo y todavía no ha comprobado este extremo".El director del Instituo Nacional de Consumo, José Méndez, confirmó a este periódico que este organismo tuvo una primera comunicación referente al caso el 23 de enero, cuando se recibió un telex de la Organización Internacional de Consumidores advirtiendo de la intoxicación que se había producido en Holanda. El télex informaba que estas gambas surasiáticas podían producir disentería por la citada bacteria. Este télex se recibió en el Instituto Nacional de Consumo dos días después de que el Ayuntamiento alertara al Ministerio de Sanidad de que se habían detectado en Madrid unas gambas de la marca que había producido las intoxicaciones y muertes en Holanda.

Posteriormente, el 7 de febrero, se recibió un telegrama en el Instituto Nacional del Consumo, copia de otro que había recibido seis días antes la dirección de Relaciones Internacionales del Ministerio de Sanidad, en el que se alertaba, de nuevo, sobre 50 casos de intoxicación en Holanda con algunas muertes debido a la shigella, bacteria poco común en Europa, encontrada en las gambas congeladas de Taiwan. Como resultado de estas informaciones se dió cuenta a los gobiernos autónomos para que estuvieran alerta ante estas gambas, que habían entrado en España dos meses antes con el certificado oficial de Sanidad.

Sanidad y Comercio

Sin embargo, Sanidad no alertó a la población cuando ya las gambas llevaban semanas en los mercados. Posteriormente, el Ministerio de Sanidad ha mantenido un silencio absoluto respecto a este caso y ha sido el director del Laboratorio Municipal, Pablo Lasa, y el tercer teniente de alcalde del Ayuntamiento de Madrid y concejal de Abastos y Mercados, el comunista Adolfo Pastor, quienes, desde que se tuvo conocimiento de la presencia de estas gambas en Madrid, activaron la investigación y tomaron rápidamente medidas para intervenir las gambas tóxicas que no se hubieran consumido.El alcalde de Madrid Enrique Tierno Galván envió ayer al ministro de Sanidad y al secretario de Estado para el Comercio sendas cartas para que se investigue por qué se ha permitido en España la entrada y distribución de gambas no aptas para el consumo.

El Ayuntamiento de Madrid explicó ayer que esta mercancía se almacenó directamente en tres frigoríficos, dos de ellos de Getafe, y desde allí se repartió entre varios minoristas y cuatro mayoristas instalados en Mercamadrid, quienes la comercializaron. Según un informe de la delegación municipal de Abastos y Mercados, se estima que alrededor de 2.500 kilos de estas gambas fueron comercializadas en Mercamadrid y el resto se distribuyó a mercados y galerías de alimentación.

Adolfo Pastor informó ayer que, después de las masivas inspecciones municipales en mercados y galerías, el ayuntamiento considera que ya no quedan en el mercado gambas de este tipo y han sido prácticamente consumidas, a excepción de.3.000 kilos que fueron intervenidos por el Laboratorio Municipal en la empresa Arefisa, situada en la calle Arganzuela de Madrid. La intervención se produjo a primera hora del pasado lunes, aunque los servicios del Laboratorio Municipal ya habían ido a incautar la partida el pasado sábado, pero les comunicaron que la empresa estaba cerrada.

Pastor indicó que, afortunadamente, no se tienen noticias de ninguna intoxicación como consecuencia del consumo de estos productos, especialmente porque en España las gambas se suelen consumir cocidas o fritas con lo cual desaparece la bacteria, pero recalcó que los responsables de que esta partida entrara en España deben dar cuenta de lo ocurrido porque podía haber acabado en una tragedia.

El director del Laboratorio Municipal, Pablo Lasa, dijo que se había aislado la shigella en estas gambas, con lo cual queda claro que son tóxicas. La bacteria suele producirse por falta de higiene en la manipulación del producto, cosa propia de países subdesarrollados. Lasa añadió que todavía no se ha determinado cuál de los cuatro subgrupos de shigella es el aparecido en estas gambas, pero cualquiera de ellos es tóxico. Las síntomas de esta intoxicación son dolores abdominales, fuertes diarreas, heces verdes y sanguinolientas y fiebre. Lasa explicó que el retraso desde que se obtuvo la primera muestra hasta que se tuvo una conclusión es debida a que el análisis microbiológico dura alrededor de ocho días.

Licencia en regla

Según nuestro corresponsal en La Coruña, Manuel Rivas, un portavoz de la empresa Alimentos del Atlántico (ALIKO), en La Coruña, señala que la partida de gambas congeladas importadas de Taiwan contaba con la debida licencia de importación. Las 1.500 cajas que contenían 16.330 kilos de gambas, de la marca Jaili Brand, comercializadas por la multinacional Johnson Food, fueron inmediatamente vendidas en Madrid, tras el pertinente análisis sanitario en la frontera, según la casa importadora. El portavoz de ALIKO señaló que la operación de compra a Johnson Food, había sido "ocasional" y que no son frecuentes las importaciones de esta marca de gambas, cuyo consumo, debido, a una afección de shigella, ha sido prohibido en Europa, tras causar la muerte a 12 personas en Holanda.Tras las primeras sospechas, la empresa importadora se puso en contacto con las autoridades sanitarias y con los servicios del área de consumo y abastos de Madrid, facilitando una relación de clientes que podrían haber adquirido la mercancía. "Que nosotros sepamos", dijo un portavoz de la empresa importadora, "no se ha presentado por el momento ningún caso de contaminación y en dos análisis realizados no se ha detectado nada que impida su consumo, aunque, lógicamente, permanecemos a la espera".

El director del Servicio Exterior de Sanidad de La Coruña, en conferencia de prensa celebrada en el Gobierno Civil, informó que en los últimos 18 meses no se había presentado ninguna solicitud para la importación de gambas por el puerto coruñés, desmintiendo versiones de que la partida contaminada tenía este origen. La última partida de gambas entró el 19 de junio de 1982, procedente también de Taiwan, de un tipo distinto a las Jaili Brand, y fue comercializada por ALIKO.

Según Ramón Medina, el examen de las importaciones destinadas a consumo humano, es muy minucioso y se ha extremado en los últimos tiempos.

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