España defenderá a ultranza la necesidad de acabar con los vertidos nucleares en el mar
España es firme partidaria de terminar con los vertidos de residuos nucleares al mar. Esta será la posición que mantendrá la delegación española en la próxima reunión consultiva del Convenio de Londres, establecido en el marco de la Organización Marítima Internacional, y que se celebrará en la capital del Reino Unido entre los días 22 y 24 del próximo mes de febrero. Según el director de Cooperación Técnica Internacional del Ministerio dé Asuntos Exteriores, José Luis Pardos, que hizo pública esta actitud, España se ha convertido en el líder de la negativa a los vertidos radiactivos.
Esta postura es fruto de una reunión mantenida ayer en el Ministerio de Asuntos Exteriores en la que participaron por primera vez asociaciones o movimientos no gubernamentales, como la Federación de Amigos de la Tierra, Amigos del Valle de la Orotava y Asociación para la Defensa Ecológica de Galicia (Adega), entre otras, además de representantes de los ministerios de Agricultura, Transportes e Industria, de la Junta de Energía Nuclear y de la Comisión Interministerial del Medio Ambiente.La delegación española que asistirá a Londres estará compuesta por representantes de las partes que elaboraron ayer las instrucciones que, con el visto bueno y otras anotaciones que quiera hacer el Gobierno, presentará España en el más importante foro internacional sobre eliminación de residuos nucleares que existe en la actualidad.
España aporta también a la reunión consultiva del Convenio de Londres un documento jurídico, entregado previamente a la dirección de este organismo, en el que se defiende la necesidad de prohibir también los enterramientos radiactivos en el subsuelo marino, proyecto que están estudiando algunos países como el Reino Unido. España no comparte estas previsiones de colocar los residuos en el fondo del mar a pesar de que esta práctica no podría comenzar hasta 1.990 debido a la preparación tecnológica que requiere este plan.
Retención de los vertidos
Las negativas gubernamentales de muchos países y la oposición de las organizaciones no gubernamentales, asociaciones y movimientos ecologistas y de las propias fuerzas sindicales y sociales ha hecho, en opinión de José Luis Pardos, que por, primera vez desde 1956, año en que entraron en funcionamiento las primeras centrales nucleares, no se hayan producido en 1983 vertidos de residuos nucleares al mar.Los vertidos, que en 1982 alcanzaron la cifra de 100.000 toneladas, fueron paralizados desde febrero de 1983 a pesar de que estaba previsto que se vertiera un volumen de 90.000 toneladas. Tanto en el Reino Unido como en otros países europeos, entre ellos España, ha tenido una importancia decisiva la acción de, los sindicatos, ya que éstos han movilizado a 80 millones de personas en los países citados por un tema no económico y directamente relacionado con la calidad del medio ambiente.
El problema del depósito de los residuos radiactivos está siendo resuelto por casi todos los países, de forma similar, con el enterramiento de estos materiales. En España, una parte de estos residuos se queda o se elimina en las propias centrales nucleares o se traslada a una vieja mina de sal en Hornachuelos (Córdoba).
La Junta de Energía Nuclear tiene previsto un plan de gestión de residuos radiactivos que contemplará la creación de una empresa pública de gestión que se encargará de las normas y de la fórmulas más adecuadas para eliminar estos residuos.
Este plan español, que podría ser aprobado en uno de los próximos consejos de ministros, establecerá, entre otras normas, el número de almacenamientos necesarios para residuos de baja, media y alta radiactividad y los plazos para la búsqueda de estos emplazamientos.
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