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El ministro chileno de Exteriores resta importancia a la protesta contra Guerra

El ministro de Relaciones Exteriores de Chile, Miguel Schweitzer, restó importancia en la noche del martes a la protesta formulada por el Gobierno chileno ante el español por la asistencia, el domingo, del vicepresidente, Alfonso Guerra, a una manifestación de solidaridad con la oposición al régimen del general Augusto Pinochet, celebrada en Madrid, al cumplirse el décimo aniversario del golpe de Estado militar que derrocó al Gobierno constitucional de Salvador Allende. El lunes, la cancillería de Chile manifestó al embajador de España en Santiago, Miguel Solano Aza, su "malestar" por "la inaceptable intromisión" de Alfonso Guerra "en los asuntos internos".A su salida de un almuerzo ofrecido al presidente Pinochet en la Cámara de Comercio Chileno-Norteamericana, el canciller declaró que "la excusa dada por el embajador español de que un vicepresidente es, a la vez, miembro de un partido político, es una explicación que nosotros, naturalmente, vamos a evaluar en la medida en que ella tiene su ponderación". "Como explicación de un representante de un Gobierno", añadió, "nosotros no podemos entrar a discutirla".

El embajador de EE UU en Santiago, James Theberge, hizo al final del almuerzo un vibrante elogio de lo que fue la democracia chilena, que se caracterizó por "el respeto ( ... ) por la opinión de los demás, la tolerancia por la disidencia, el rechazo de la violencia para resolver diferencias, el respeto por la vida ( ... ) por el ser humano, el amor a la libertad de expresión, del debate libre y el derecho a gobernarse a sí mismos".

Pero Augusto Pinochet no prestó, aparentemente, mucha atención a este llamamiento velado a favor del restablecimiento de la democracia. A la salida del hotel los periodistas le preguntaron qué opinión le merecía la denuncia presentada ante el Tribunal Constitucional contra el ministro del Interior, Sergio Onofre Jarpa, de haber infringido la Constitución al preconizar la "formación de guardias civiles o grupos de apoyo, incluso armados, para defenderse, sin ningún control legal", de las manifestaciones de protesta.

"Ya estoy hasta arriba del paracaídas -gorro, para los militares chilenos- con todas las cosas de estos politiqueros que no sirven para nada", dijo Pinochet.

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