Un asistente a la conmemoración de la muerte de García Lorca afirma haber podido salvarle

Entre las 2.000 personas que se congregaron en el Barranco de Viznar para homenajear al poeta Federico García Lorca en el 47º aniversario de su muerte, se encontraba José Roldán Cobos, hombre que afirma haber estado a punto de haber podido evitar el fusilamiento de Lorca y que ha permanecido en el anonimato hasta hoy.José Roldán había sido enviado -según declaró- el 19 de agosto de 1936 hasta el Barranco de Viznar portando en la mano la orden de "no darle café" al poeta y llevarlo de regreso hasta el Gobierno Militar. Presiones de distintas personas influyentes de Granada habían conseguido la puesta en libertad de García Lorca, pero ésta no se produjo porque cuando el mensajero llegaba al lugar del fusilamiento lo hacía con el tiempo justo para oír las descargas que acababan con la vida de cuatro hombres, entre los que se encontraba el autor del Romancero gitano.

"Al llegar el motorista Blanco y yo -declaró José Roldán- vimos cómo varios hombres se tiraban al suelo y se escondían entre malezas. Los vimos claramente, eran guardias de asalto, y entre ellos había alguno más, de las Bandas Negras; si no recuerdo mal eran tres".

Más de 4.000 españoles yacen en el Barranco de Viznar, enterrados en fosas comunes, víctimas de la represión en los primeros días de la guerra civil de 1936. Muchos de los asistentes al acto -celebrado.el pasado viernes, fecha del 47º aniversario del fusilamiento de Garcia Lorca- tenían familiares enterrados en las fosas. Durante el acto tuvo lugar también el hermanamiento del pueblo donde nació Lorca, Fuente Vaqueros, con los de Viznar y Alfacar, donde cayó fusilado.

Tras el acto de hermanamiento, celebrado en el Ayuntamiento de Alfacar, los ediles de los tres municipios, acompañados por algunos diputados provinciales y casi 2.000 personas, se dirigieron al parque García Lorca, en Fuente Grande, bajo uno de cuyos olivos se supone que está enterrado García Lorca, para depositar coronas fúnebres y ramos de flores.

Un emocionante silencio se apoderó del lugar cuando tras la ofrenda comenzó a caer una lluvia de flores sobre el espacio cuadrangular de terreno acotado por cintas negras, mientras los tres alcaldes se unían en un fraternal abrazo.