Los fotógrafos españoles reclaman para su trabajo la consideración de un arte visual como los demás
Denuncian el desinterés de la cultura oficial por la fotografía
La consideración de la fotografía como un arte visual más, junto a la pintura, el cine o el vídeo, es algo que aún no se ha reconocido en España de forma oficial, dijeron algunos de los participantes en el seminario que sobre la actualidad de la fotografía dirigió la pasada semana en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo de Santander el cineasta y fotógrafo Luis Revenga. Los fotógrafos denuncian la falta de interés oficial por la fotografía.
El rosario de problemas con que se enfrenta la fotografía en España, que sólo en tiempo reciente y de forma colateral ha entrado a ser considerada por los profesores universitarios de arte, pasa por la escasa bibliografía editada en España, que es prácticamente inexistente en el campo de la reflexión teórica de y por fotógrafos españoles. Junto a esto, el desinterés de los organismos oficiales vinculados a la cultura, la tan sólo esporádica presencia de exposiciones fotográficas, tanto en museos privados como públicos, la inexistencia de una fototeca y la escasa consideración que al trabajo del fotógrafo se da en la Prensa, completan un panorama nada alentador puesto de manifiesto por los participantes en el seminario.La fotografía frente o en colaboración con otras artes visuales, base del seminario, pretende situar la actividad fotográfica en el sitio que le corresponde, y en el que ya ha sido reconocida en la mayor parte de los países occidentales. Como ejemplo del diferente tratamiento dado a la fotografía, Luis Revenga, director del seminario, reseña cómo en tanto que un centro cultural como el Georges Pompidou, de París, tiene a disposición del público una amplia fototeca, por el contrario, el archivo fotográfico del Museo del Prado es de difícil acceso y discutible conservación. "Es necesario crear y fortalecer un patrimonio fotográfico actualmente mal ordenado y peor conservado que está repartido", precisa Revenga, "por colecciones privadas en su mayor parte".
Para el escritor y crítico de cine Vicente Molina Foix, sólo en los últimos cinco años se ha podido conocer en España los principales trabajos de autores extranjeros en torno a la fotografía como un arte visual. "En algunas cátedras de arte se empieza a hablar de la fotografía, pero casi siempre como respuesta al interés manifestado por los alumnos y no en función de un programa concreto de enseñanza". En opinión de Molina Foix, la historia de la fotografía en nuestro país, a pesar de contar con una amplia representación de profesionales mundialmente conocidos, está por hacerse, porque "cuando en publicaciones extranjeras se habla de los fotógrafos españoles, la referencia se circunscribe a cuatro de los más jóvenes".
Tintoretto y el angular
El fotógrafo José Badía analizó, por su parte, lo que une y separa a la pintura y a la fotografía, precisando que "no se trata de establecer diferencias críticas entre pintura y fatografila", sino plantear la diferente elaboración de cada una de los dos artes visuales. Las estrechas relaciones entre éstas no son, sin embargo, suficientemente conocidas, lo que llevó a Revenga a afirmar que, "por ejemplo, no se sabe que el verdadero descubridor del angular fue Tintoretto". La diferencia puede estribar simplemente en la consideración externa del pyopio arte, que, en tanto la pintura goza de "reconocimiento" oficial, la fotografía no.El escaso respeto al trabajo intelectual del fotógrafo tiene su máxíma expresión, y en ello coinciden los conferenciantes, en el tratamiento dado a aquél por los medíos de comunicación. Joan Fontcuberta, profesor de fotografia, estima que esa escasa consideración es la que lleva a mutilar, cambiar el sentido, acabar, en definitíva, con una fotografía, por razones absolutamente peregrinas y diversas.
Junto a esto se encuentra el problema de los derechos de autor, reconocidos oficialmente, pero incumplidos, "lo que no genera acciones judiciales", puntualiza Fontcuberta; con razón, apunta Badía, porque lo costoso y lento del proceso judicial en comparación con la exigua compensación económica que pudiera obtenerse no justificaría una acción de este tipo.
Babelia
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