La oposición chilena se une frente al régimen de Pinochet
Dirigentes políticos chilenos, que van desde la derecha conservadora hasta la izquierda marxista, superaron aparentemente sus viejos rencores y diferencias ideológicas para unirse en una estrategia de imprevisibles consecuencias y desafiar al Gobierno autoritario del general Augusto Pinochet. "Ha llegado el momento de reaccionar", dijeron, en sustancia, algunos de ellos al término de una reunión que celebraron el lunes por la noche; "por eso hacemos una llamada a todos los hombres y mujeres para realizar un gran esfuerzo nacional que conduzca al restablecimiento de la democracia".
Siguiendo el camino que trazaron en Argentina los artífices de la Multipartidaria, que deberá culminar el año próximo con el traspaso del poder a los civiles, los dirigentes chilenos lanzaron su Manifiesto democrático en una hora crítica, por encima de las barreras infranqueables que siempre los separaron.Las once personalidades que firman el llamamiento representan un abanico que comienza en la derecha, con el Partido Nacional que aceptó explícitamente el golpe de Estado de 1973; sigue después en el centro, con la Democracia Cristiana, la socialdemocracia y los radicales, y termina en la izquierda, con las dos grandes fracciones del socialismo chileno, en cabezadas en el exilio por sus ideólogos Clodomiro Almeyda y Carlos Altamirano.
Entre esos firmantes figuran el máximo líder de la Democracia Cristiana, Gabriel Valdés Subercaseaux, ex canciller bajo el Gobierno de Eduardo Frei (1964 1970); el ex candidato radical a la presidencia de la República Luis Bossay Leiván; el ex presidente del Senado Patricio Aylwin (democristiano), y los socialistas Julio Stuardo y Ramón Silva Ulloa.
Como ausentes y excluidos de este acuerdo aparecen el proscrito partido comunista de Luis Corvalán -actualmente exiliado en Moscú- y el clandestino Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR), que propicia la insurrección armada y que encabeza Andrés Pascal Allende, sobrino del extinto presidente socialista Salvador Allende.
Fuentes cercanas a la naciente organización Multipartidaria dijeron, sin embargo, que es posible que los comunistas se adhieran al movimiento en sus próximos pasos, pero descartaron de forma categórica la presencia del MIR en este acuerdo porque sus postulados en favor de la violencia perjudican la búsqueda de un consenso y de una salida pacífica a la crisis chilena.
La iniciativa opositora surge días después de que el general Pinochet lanzase una severa advertencia a quienes intenten romper el receso de los partidos impuesto por las fuerzas armadas.
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