'La historia de Salamanca en viñetas' se convierte en un éxito de su autor, nuevo gobernador de la provincia
José Luis Martín ha hecho el texto, y Chiqui de la Fuente, los dibujos
Acaba de ponerse a la venta el segundo fascículo de La historia de Salamanca en viñetas, realizada por José Luis Martín, catedrático de Historia Medieval de la Universidad Complutense de Madrid hasta su reciente nombramiento como gobernador civil de Salamanca. Este profesor recibió el encargo del Ayuntamiento de Salamanca de realizar una obra dirigida a los niños salmantinos, y Chiqui de la Fuente ha ilustrado la historia, que consta de cuatro cuadernillos coleccionables en forma de tebeo. El primer fascículo, con 10.000 ejemplares, fue agotado enseguida, y los dos autores han recibido solicitudes de otras ciudades españoles que quieren obras similares.
La introducción del lenguaje del tebeo para narrar la historia constituye el reto principal de la historia de Salamanca en viñetas, cuyo segundo fascículo acaba de publicar el Ayuntamiento de la ciudad. Según José Luis Martín -autor del guión de la obra cuando fue catedrático de Historia Medieval de la Universidad Complutense de Madrid y recientemente nombrado gobernador civil de Salamanca- "el lenguaje del tebeo y el hecho de que el tema central de la obra, la historia de la ciudad, resulte muy próximo a los chavales, son la trampa que, de alguna manera, va a facilitar el acceso de los niños salmantinos a esta historia".La aportación de José Luis de la Fuente (Chiqui), responsable de las ilustraciones y de la adaptación final del texto, supone, en expresión de José Luis Martín, "el 80% del éxito de la obra", cuyo primer fascículo, de 10.000 ejemplares, se agotó muy pronto. Chiqui de la Fuente es un experto en adaptaciones infantiles, en viñetas, de textos clásicos como el Lazarillo o los Tres mosqueteros, recientemente publicados por Larousse.
Sin embargo, la ejecución de esta historia de Salamanca en viñetas ha sufrido bastantes vicisitudes desde que el Ayuntamiento de la ciudad anunció su iniciativa. El concurso convocado en principio fue declarado desierto por defectos importantes en la convocatoria del mismo. La posterior adjudicación de sendas historias de Salamanca, una para niños y otra para adultos, a dos equipos que habían participado en el anterior concurso, fue rechazada por éstos. Fue entonces cuando José Luis Martín, a quien "jamás se me había pasado por la mente hacer una historia para niños", decidió aceptar el desafío, "porque la iniciativa se merecía una atención".
La historia de Salamanca constará de cuatro fascículos, cada uno de los cuales se venderá al precio de 175 pesetas. "Hemos entendido que en el aspecto cultural una de las obligaciones primeras de un Ayuntamiento efectivamente democrático no podía ser otra que poner al alcance de todos, y muy especialmente de los niños, un instrumento para conocer el pasado de la ciudad, para interpretar su presente y para transformar su futuro", ha explicado el alcalde de Salamanca, Jesús Málaga.
La iniciativa ha sido bien acogida por otros ayuntamientos. Los de Madrid y Valladolid han sido los primeros en dirigirse a José Luis Martín para pedirle que estudie la historia de sus respectivas ciudades y redactar un guión similar al de la historia de Salamanca.
La mayor dificultad que tuvo que abordar José Luis Martín -"los historiadores no hemos sido nunca buenos pedagogos", asegura- consistió "en el lenguaje a emplear y en la presentación del trabajo".
El catedrático de Historia Medieval tuvo que echar mano "de mi experiencia de cinco años como maestro de pueblo", para abordar un trabajo en el que, "aparte de narrar la historia de la ciudad, había que contextualizarla en su entorno y hacer una auténtica historia social, de los grupos sociales más que de las personalidades".
"Se trata, en fin, de hacer una historia con la seriedad y el rigor que todo estudio histórico merece, pero adaptada en su presentación y en su lenguaje a los chavales, sin rebajar la rigurosidad de los contenidos, porque sus destinatarios son niños, seres tan inteligentes como los adultos, y no retrasados mentales", prosigue José Luis Martín. "La seriedad no la dan las notas a pie de pagina, aunque en este caso cada afirmación podría ir documentada. No obstante, los mayores adversarios son mis colegas, los catedráticos, que no entienden que se pueda utilizar el tebeo para contar la historia".
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