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Entrevista:

Angel Robledo: "Si no se instaura la democracia, el Ejército encontrará problemas graves"

El pueblo argentino se comporta con el peronismo, y el peronismo trata a sus líderes -Perón, Eva Perón, Isabel Perón-, con una especie de amor de Edipo que se completa ante terceros con el juramento de los tres mosqueteros hacia DArtagnan, "todos para uno, uno para todos" que, obviamente, no es aplicable a las querellas intestinas.El doctor Angel F. Robledo asemeja en medio de ese mundo, de duros gauchos peronistas a una rara avis, delicado, elegante, pero político hasta la médula, que trata de unificar al partido en torno a una línea moderada que encabeza junto al también destacado peronista Italo Luder.

Pregunta: Las críticas al peronismo, a su última etapa en el poder, son en estos días flrecuentes. ¿Podría usted realizar un juicio crítico del último período peronista?

Respuesta: En materia de juicios críticos no podemos referirnos específicamente a un período determinado. En todo este presente argentino hay un arrastre de factores de muchas naturalezas, que aparejaron este presente tan cargado de dramatismo. La falla principal de todos los partidos en el Gobierno, y del nuestro también, fue la falta de una elaboración instrumental del programa de Gobierno con anticipación al ejercicio del poder político, y la falta de vigilancia y de cooperación del partido para cumplir ese programa de gobierno.

Esa fue nuestra mayor dificultad, pero también la causa más o menos directa del fracaso del doctor Arturo Frondizi, o del doctor Arturo Illía.

P: ¿Pero se critica al peronismo del último período el haberse dejado llevar por la izquierda?

R: No se dejó llevar por la izquierda. Al punto tal que en algún momento hizo crisis la pretensión de la rama juvenil de la izquierda y motivó que el general Perán los expulsara de la plaza de Mayo. De modo que ahí se produjo realmente la ruptura entre esa ala izquierdista y el peronismo. No fue una influencia izquierdista lo que se malogró como no sea en los primeros tiempos del doctor Hector Cámpora, en que dio a esa ala juvenil una extraordinaria importancia y gravitación en el gobierno.

Pero eso no duró más que 40 días, y en función precisamente de esa razón y otras concomitantes fue desplazado del Gobierno el doctor Cámpora.

El problema no fue la izquierda, sino el desorden que se generalizó entre nuestros cuadros a partir de la muerte del general Perón: el movimiento, gremial empezó a actuar por su cuenta, el movimiento político por su cuenta y a su vez fraccionado, y los militares comenzaron a gravitar sobre una cantidad de legisladores del partido alentándoles indisciplinas.

P: ¿No cree que ese desorden subsiste aún hoy?

R: Ese desorden es lo que se va a superar por la vía de elecciones intemas que nos van a dar unas autoridades legitimadas y naturalmente capaces, cosa que no ocurre en este momento.

P: ¿Tiene el peronismo ya un programa de gobierno?

R: Estamos trabajando en eso, por lo menos el sector de la línea que yo integro. Tenemos equipos que totalizan unos 300 universitarios abocados a determinar los principios básicos de un programa de gobierno peronista en todas las areas que abarca el Gobierno.

P: ¿Pero piensan que van a gobernar, que los militares se van a retirar de la vida política?

R: Yo creo que un Gobierno civil está al alcance de la mano de los argentinos en la medida en que los partidos políticos y el pueblo entiendan cómo deben conducirse el poder político, y cuál es el rol que les corresponde a los distintos factores del poder. Yo creo que a las Fuerzas Armadas hay que reducirlas al rol que les corresponde en la sociedad moderna y en el Estado moderno, y para lograr eso habrá que redimensionarlas, achicándolas, mejorándolas en el sentido de la tecnología y de su formación profesional, y convertir este Ejército en un Ejército con potencia de fuego moderna. Es decir, hacer unas Fuerzas Armadas que respondan realmente a las necesidades del país, que no son precisamente las de hacer una guerra con Gran Bretaña o cosas por el estilo.

P: ¿Se puede lograr actualmente lo que usted dice?

R: Yo creo que sí, porque los pronunciamientos electorales siempre tuvieron un gran impacto sobre las fuerzas militares. En el primer momento se retiran, persuadidas de que deben replegarse a sus cuarteles. Posteriormente empiezan a surgir los desgastes y las dificultades del Gobierno y comienzan las Fuerzas Armadas a sentirse tentadas de volver, y logran hacerlo porque el pueblono vigila adecuadamente la salvaguardia de la Constitución y de la democracia.

P: Las recientes declaraciones del general Cristino Nicolaides, de que la salida debe ser pactada, ¿no va contra todo eso?

R: Yo entiendo que es natural que las Fuerzas Armadas intenten condicionar, porque es muy difícil admitir el fracaso resignadamente. Pero le agrego que a mi entender ningún condicionamiento va a ser admitido por la ciudadanía, porque hay una realidad sumamente acuciante, que se les está imponiendo cada día. Aquí, o llegamos realmente a la democracia debidamente respetada y formulada, o se pueden encontrar las Fuerzas Armadas con problemas sumamente graves que seguramente no van a querer afrontar.

P: ¿Qué papel puede tener aún la señora de Perón en el futuro argentino, si es que acaso ella desea alguno?

R: Primero habrá que ver qué papel quiere ella tener. Pero indudablemente le corresponde el de abanderada y jefa del movimiento, y naturalmente el de gran inspiradora del partido.

P: ¿Cómo andan las gestiones para que se levanten las prohibiciones políticas a la señora de Perón?

R: Todo el partido inició ya las gestiones, y en la línea que yo integro realizamos gestiones intensas. Además de los tres abogados que defendemos a la señora de Perón en las causas judiciales que están en trámite, estamos también realizando las mismas gestiones, de modo que yo creo que esas "actas institucionales" contra la señora Perón que son ilegales, que son inconstitucionales, y sobre todo que repugnan a la conciencia del civismo argentino, van a ser dejadas sin efecto como consecuencia de la presión popular.

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