Hallan en Granada una estatua romana de bronce en buen estado de conservación
Una estatua romana de bronce, de 1,60 metros de altura y unos 150 kilogramos de peso, en muy buen estado de conservación, fue hallada casualmente la pasada semana en la localidad granadina de Iznalloz, cuando varios trabajadores abrían una zanja para conducción de agua y electricidad a una finca agrícola con una máquina retroexcavadora.La estatuta, que se encontraba enterrada a sólo un metro de profundidad, representa una figura masculina cubierta hasta los tobillos por una toga y ha sido depositada por el propietario de la finca, Antonio Martínez Fuentes, en las oficinas centrales de la Caja General de Ahorros y Monte de Piedad de la Provincia.
"El togado de Periate"
Bautizada ya como El togado de Periate, por haber aparecido en el cortijo de Periate, situado a tres kilómetros de Iznalloz y perteneciente al término municipal de Piñar, zona de enorme riqueza arqueológica, el traslado de la pieza hasta Granada se efectuó el sábado en un coche blindado, entre grandes medidas de seguridad, una vez que la noticia del hallazgo había sido divulgada por el diario Ideal. La Dirección General de Museos, del Ministerio de Cultura, decidirá hoy el destino final de la estatuta, que en Granada se espera que sea el Museo Arqueológico Provincial, al contrario de lo ocurrido hace diez años con la Dama de Baza.La gran importancia arqueológica que en principio se concede al descubrimiento casual del cortijo de Periate, radica, fundamentalmente, en su naturaleza metálica, pues las figuras togadas de la época romana frecuentes en España son de mármol y no de bronce. El precedente más inmediato de este tipo existente en Andalucía fue la aparición del. Efebo de Antequera, que supuso un gran enriquecimiento para el estudio del arte escultórico romano en nuestro país, que es muy abundante.
Retrato hueco
En el caso del Togado de Periate, se trata de un retrato hueco en bronce de un personaje importante de la época, probablemente un patricio con poder administrativo y delegación imperial. La figura se encuentra en actitud de elegante postura, con una pierna ligeramente doblada hacia adelante. Tiene la cabeza barbada, con pelo rizado, y le faltan la mano y el brazo derechos, que no han podido ser localizados. En la mano izquierda, muy estilizada y de gran elegancia, posee en sendos dedos dos anillos de sello, también de bronce. Por la posición de los dedos de esta mano, es posible que en ella sostuviera originariamente algún rollo de escritura.La cabeza se conserva sin el más leve desperfecto. Sin embargo, de la junta que tiene con el vestido parece deducirse que fue fundida por separado y soldada al resto del cuerpo con posterioridad a la realización de éste, al igual que ocurriría con las manos y con la propia toga. En las plantas de los pies, sobre los que pueden aún verse huellas superficiales de tiras de sandalias, se conservan todavía las grapas que en su momento mantendrían la estatua sujeta a un pedestal.
Angela Mendoza, directora del Museo Arqueológico de Granada, en una primera impresión, ha fechado el hallazgo entre los siglos II y III de la era cristina. "El plegado de la toga", ha declarado, "es el típico de la época Flavia, mientras que la incisión de la pupila y el iris de los ojos comenzaron a utilizarse en las esculturas a partir de Trajano, entre el final del siglo I y el inicio del II".
Las figuras barbadas no se generalizaron, sin embargo, hasta la época de Adriano, lo que, unido al tipo de peinado que ésta tiene, podría situar la edad del Togado de Periate hacia finales del siglo III, o incluso en fecha posterior, de acuerdo con el catedrático de Arte de la Universidad granadina, Domingo Sánchez-Mesa.
Babelia
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