El poeta Rafael Alberti y el actor Guillermo Marín, premios nacionales de Teatro de este año
Lo reciben por "sus posturas renovadoras de la estética escénica" y por "su dilatada dedicación profesional"
Rafael Alberti y Guillermo Marín recibieron ayer los Premios Nacionales de Teatro, concedidos por la Dirección General de Música y Teatro y dotados con un millón de pesetas cada uno. Alberti (Cádiz, 1902), uno de los poetas más universales de la lengua castellana y autor de obras de teatro como Noche de guerra en el Museo del Prado o El Adefesio, escrita esta última para Margarita Xirgú, obtiene la distinción, según la nota del Ministerio de Cultuta "por sus aportaciones renovadoras de la estética escénica", en tanto que en el actor Guillermo Marín (Madrid, 1906) se premia, en la sección de interpretación, "su dilatada dedicación al teatro".
Los Premios Nacionales de Teatro se conceden sin concurso previo a personas de nacionalidad española que se hayan distinguido "por una continuada y meritoria labor en pro del teatro". Esta configuración, que prescinde de valoraciones temporales, sujetas casi siempre a si los autores y los actores habían triunfado con una obra en el año del fallo, fue adoptada en noviembre de 1980.La concesión de este premio a Alberti, al margen de sus indudables merecimientos, fue interpretada ayer como un gesto de compensación por parte del Ministerio de Cultura, que tampoco el pasado año entregó el premio cervantes al autor de Marinero en tierra, que fue para el poeta mexicano octa vio paz. En aquella ocasión, el poeta gaditano declaró "tener la certeza" de no recibir tampoco ese año el máximo galardón a las letras castellanas, para el que había sido propuesto por unanimidad por la Real Academia Española, ya que pensaba que nuevamente sería discriminado por cuestiones políticas.
Alberti es el único de los supervivientes de la generacion del 27 que no ha recibido el premio cervantes, a excepción de Vicente Aleixandre, que ya había obtenido el Nobel de Literatura. Tanto Gerardo Diego como Dámaso Alonso, al recoger el galardón, citaron a Rafael Alberti en sus discursos "no hay ningún poeta superior a Alberti", reconoció el poeta santanderino.
Pero este gran andaluz, de la izquierda militante desde joven, como Lorca, miembro del Partido Comunista de españa, por el que fue diputado en la Cortes de 1977 por su provincia natal, Cádiz, y amigo de todos los grandes artistas de nuestro tiempo, es, además de poeta, pintor y autor teatral, admirador de Valle Inclán, como Lorca también, con el que coincide en múltiples facetas.
El primer estreno teatral de Alberti fue el de el hombre deshabitado, un auto sacramental escrito a finales de los años treinta que supuso entonces la afirmación del nuevo teatro, epígono del de Valle Inclán y enfrentado a los estilos de Benavente y los andalucismos declamatorios de los Quintero. El día del estreno se dice que el autor voceó, ante un público no muy convencido, aquel grito de "Abajo la actual podredumbre de la escena española".
Pero sus siguientes incursiones en la escena no tuvieron tanto eco, a pesar de contar en ocasiones como primera intérprete con la gran actriz catalana Margarita Xirgu, que le estrenó Fermin Galán y el Adefesio, entre otras la reposición, recientemente, de esta última obra que supuso la presentación en la escena nacional de otra actriz de categoría internacional, María Casares, tampoco contó con el apoyo del público ni con el aplauso de la crítica.
Las características profesionales del actor Guillermo Marín, el otro, artista premiado ayer por el ministerio de cultura, son bien diferentes. Se trata de un hombre que inició su trayectoria profesional desde abajo. Al igual que Alberti, tampoco Guillermo Marín esperaba este premio, cuyo millón de pesetas le vendrá "como caído del cielo, porque he sido, generoso en la vida y el dinero que cogía con una mano lo daba con la otra". Como Alberti, Marín se enteró de la noticia a través del redactor de EL PAÍS, y se emocionó sinceramente, necesitando de algo de reposo para seguir contestando a las preguntas del periodista.
El actor, después de 63 años de trabajo casi ininterrumpido, no tiene ahora ningún trabajo en perspectiva, desde que hace. algún tiempo regresara de Roma de dar recitales sobre Calderón ante profesores de varias universidades europeas "supongo que este premio", ha dicho, "me suponga una inyección de juventud que me obligue a hacer algo cuanto antes. Necesito que alguien me proponga algún trabajo. Me siento con una gran vitalidad y muy bien de memoria, muy bien", explicó, después de advertir que en agosto cumplirá 77 años.
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