Algunos aceites fueron manipulados para disimular su toxicidad

Diversos aceites han sido manipulados para disfrazar su toxicidad, incluso después del anuncio público de la causa del envenenamiento masivo: el consumo de aceite adulterado. Todos los elementos tóxicos encontrados hasta el momento en los aceites sospechosos son potencialmente cancerígenos, según el doctor Borregón, director del Centro de Análisis e Investigación de Majadahonda. Por otra parte, se ha detectado gas pentano -resultante de la putrefacción de células vivas- en el aire exhalado por cuarenta pacientes de la neumonía tóxica sometidos a prueba en el citado centro.Allí también se ha recomendado a los enfermos abstenerse de una larga exposición al sol, pues su piel, por haber sufrido erupciones y manchas, ha quedado hipersensibilizada a los rayos solares.

Las autoridades sanitarias españolas han investigado por ahora dos tipos de aceites peligrosos para la salud. Unos tienen en su composición aceite de colza desnaturalizado -para uso industrial-, refinado con productos químicos -anilina y derivados- Otros, con distintas semillas oleaginosas como base y colorantes -principalmente «4 amino-benzeno- para que su apariencia imite a la del aceite de oliva.

Entre los primeros están los aceites comercializados por las empresas Raelca, JAP y Aguado-El Prado, tanto envasados como distribuidos a granel, de forma ilegal. Entre los segundos se encuentran los aceites de Beamonte Magaña, Producción y Consumo, SA -con las marcas Pochi, Prosol y Eureka-, y los aceites, también embotellados y a granel, distribuidos por Cooperativa Olivarera -con la marca El Olivo- y por Aceites Valencia, propietaria de la marca JAV.

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