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Tribuna:SPLEEN DEMADRID
Tribuna
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La atípica

La atípica es un test. Tejero ha sido un test. Todo es un test, y en todos los tests quedamos bajísimos, este país, como organización y previsión..No voy a decir que la atípica sea grave, porque eso es alarmista. La verdad siempre es alarmista o demagógica, de modo que no voy a ser verdadero. La atípica, aparte de traerme flojo (me ha dicho una amiga que después de los treinta ya no pega, dándome el palo de recordarme que ya no tengo treinta), me preocupa como Tejero, la ETA, los catalanes antidorsianos que atan a un árbol a Jiménez Losantos, como en un episodio del Tirant lo Blanc (pura cultura mediterránea), o los santanderinos que se van a buscar la muerte en el hondo Sur, y que, como me enseñara mi maestro Gerardo Diego, se llaman jándalos. Me preocupan todas estas cosas en cuanto que son tests, ya digo, y a mí, desde que buscaba trabajo en Madrid por los anuncios del Ya, felices sesenta (luego encontraría trabajo en el Ya mismo), me ha quedado el tic del test, lo cual parece un título de conductismo a lo Skinner: El tic del test o El test del tic. Para cualquier trabajo de repartidor, le hacían a uno un test de catedrático. El test de la atípica revela que España no está preparada, que, como bien decía Franco, no estamos maduros, que aquí nos cogen siempre desprevenidos Tejero, la atípica, los grapos, los etarras, los grapoetarras, los nuevos terroristas de la Generalidad y la Generalidad misma. Estamos recelosos y reservones ante todo y contra todo, pero estar reservón es todo lo contrario de estar preparado.

El personal duda entre Torrejón y la berza, entre la bacteriología y el hambre, entre el agua y el suero. Dicen que primero se contaminó el Henares y de ahí ha pasado la atípica a todos los ríos más típicos de España. Vienen unos científicos yanquis, no se sabe bien a qué (aquí nos hemos ido inodoro abajo, con las diarreas estivales del franquismo, y nunca vino ningún premio Nobel extranjero: no es que éstos sean premio Nobel, pero se lo van a dar en seguida, si averiguan la atípica).

Si es cosa del agua, fuera vegetales y verduras de las eras. Los hombres de Reagan desmienten una guerra bacteriológica de la que nadie les habíamos hablado. Sancho Rof niega que el contagio esté en los alimentos, y al final va a resultar una cosa venérea, como casi todo en España, desde las rimas de Bécquer a la ceguera de Max Estrella, con lo que los obispos vascos sacarán una pastoral contra la presencia atípica del Ejército en Euskadi. De la atípica sólo va a librarnos un documento episcopal. Lo dijo Bertrand Russell:

-Los obispos son partidarios de tratar el problema agrícola mediante la oración.

Al arzobispo de Canterbury le llamaba «el funcionario estatal del pecado». Sancho Rof, como está reciclado por una Constitución aconfesional, aún no nos ha pedido que oremos contra la atípica. España, don Manuel, no ha dejado de ser católica, pero está dejando de ser España. Adrián Piera me invita a almorzar en Botín, y lamento no poder ir, porque me parece que la atípica no ha llegado a las grandes cocinas. Félix Antonio, pintor y escritor vallisoletano que le ha cogido el temple a Castilla en verso y óleo, se friccionó una vez con alcohol el testiculario, por si las meretrices atípicas, y pasó la noche pegado al hierro frío del balcón. Ahora expone gloriosamente, en Madrid.

Almuerzo con Areilza y la derecha no asilvestrada. Osea la derecha atípica. Vuelve Lindsay Kemp con una obra de Shakespeare. Y los King Crimson con su rock. Pero los estrenos andan raleados/racheados por la atipica. En el teatro Martín y en una editorial madrileña ya ha habido casos. No es grave, pero es un test: todo nos pilla en bragas. Hasta Tejero, que era el más típico.

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