La CEE prohíbe la importación de productos derivados de la ballena

El pasado domingo entró en vigor la decisión de la Comunidad Económica Europea (CEE) de prohibir la importación en los diez países miembros de todos los productos derivados de la ballena. Con esta decisión, que se irá aplicando gradualmente durante los dos próximos años, la CEE pretende evitar la caza comercial de la ballena, cuya supervivencia está gravemente amenazada en todo el mundo.

Según expresó el Parlamento Europeo en una reunión del pasado mes de noviembre, la CEE debe prohibir totalmente la caza comercial de las ballenas en las aguas comunitarias. A este respecto, un parlamentario señaló su preocupación por el hecho de que un país candidato a la adhesión, como Portugal, no perteneciera a la Comisión Ballenera Internacional (CBI), a la que, por otra parte, tampoco pertenecen las dos grandes potencias balleneras, Japón y Unión Soviética. La CBI pretende regular internacionalmente la caza de la ballena, y a ella pertenecen veinticuatro países, entre ellos España.La decisión de la CEE de no importar productos derivados de la ballena plantea graves dificultades prácticas que impiden la inmediata aplicación del acuerdo que acaba de entrar en vigor. En efecto, en 1978, la CEE recibió el 62% del total de las importaciones mundiales de aceite de ballena.

La Comisión Ballenera Internacional prohibió en el mes de julio de 1980 la captura de ejemplares de la ballena azul, el más grande cetáceo de nuestros mares, ya que, de acuerdo con los últimos datos, apenas si quedan 3.000 ejemplares vivos. Hace cuarenta años, el número de ejemplares de ballena, azul alcanzaba la cifra de 300.000. Lamentablemente, ni Japón ni la URSS se sienten afectados por estas y otras decisiones internacionales, ya que han hecho de la caza de la ballena una industria casi insustituible. Entre 1974 y 1975, ambos países capturaron unas 24.000 ballenas (Japón, 9.500; URSS, 14.500), cifra que supuso el 82% de las capturas realizadas en todo el mundo durante dicho bienio.

La CEE, que se sabe incapaz de proteger jurídicamente a la ballena fuera de sus aguas, tiene actualmente en estudio diversas disposiciones para impedir la extinción de la especie en las costas comunitarias. Se estudia asimismo la posibilidad de prohibir la entrada en sus aguas a los balleneros extranjeros, y se están preparando diversas medidas para luchar contra la contaminación marina, que afecta gravemente a las ballenas.

Los países de la CEE han criticado duramente la reciente decisión brasileña de autorizar de nuevo la caza de la ballena en sus costas, tras su prohibición en julio de 1979.

España ha sido autorizada por la CIB a capturar en el Atlántico norte un total de 240 ballenas durante el presente año 1981, pero sin que la cifra total de capturas en el bienio 1980-1981 pueda rebasar de ninguna forma las 440. De cara al ingreso en la CEE, nuestro país deberá readaptar su flota ballenera, ya que el número de capturas que se nos permita en el futuro irá, lógicamente, disminuyendo con rapidez.