Hoy se plantea la Real Academia el relevo o la continuidad de Damaso Alonso

Dámaso Alonso cumplió 82 años. Los celebró en Santander, adonde viajó el director de la Real Academia de la Lengua para intervenir en el último acto de los homenajes que Cantabria ha dedicado a Gerardo Diego. La fecha coincidió no sólo con el cumpleaños, sino con la obligación estatutaria que existe en la citada institución académica de plantearse el relevo, o no, de su director. Hoy, la Real Academia discutirá esta cuestión, con una notable ausencia: la del propio Dámaso Alonso. Gerardo Diego sí estará, y para ello hizo ayer el viaje a Madrid.

Dámaso Alonso, a pesar de los 82 años que cumple, conserva su enorme vitalidad. Ha dictado la conferencia sobre la poesía de Gerardo Diego sin una muestra de cansancio, su voz es fuerte y aún mantiene en su mirada la penetrante luminosidad de quien, aunque poéticamente, miró al mundo con ira en versos que le hicieron famoso. Pero está abrumado por el trabajo y por el tiempo, Dámaso Alonso, no quiere hablar de la Real Academia, «compréndalo, no es el momento más oportuno». Reconoce que, aun sin tener presentada su dimisión formalmente, este es el día en que el reglamento contempla su sustitución, sospecha que sus colegas le van a pedir que continúe en el cargo, afirma que, de ser así, al menos hasta Navidad lo hará, y no quiere pensar lo que vaya a suceder tras ese plazo.Porque a Dámaso Alonso le agobia su obra, el tiempo para su trabajo. «Estoy abrumado, tengo muchas conferencias que dar, que me roban mucho tiempo, y además tengo que preparar mis obras completas. Se han publicado cinco tomos, está el sexto en imprenta y yo estoy prepanrado el séptimo». ¿Con muchas correcciones, acaso? «Sí, claro. Hay que revisar, fundamentalmente, y hacer algunas correcciones, incluso, rectificando algunas partes». Otra obra en marcha, monumental en tiempo de investigación y monumental también en su concepción, es la que, todavía sin título, se refiere a a influencia de la novela picaresca española en las literaturas inglesa y francesa. Dámaso Alonso lleva años trabajando sobre el tema y lamenta su suerte, porque «tengo escritos creo que unos 2.000 folios, pero están muy desordenados, escritos en épocas distintas.

Presume, o lo parece, Dámaso Alonso de esta investigación, pero también le produce agobio, no sabe si podrá llegar al final. Y alude «a los inconvenientes que tienen la edad y el cargo que me piden continuamente que vaya a una y otra parte, a dar conferencias o a participar en reuniones, todos los días, todos, todos... ». Y además sus ojos, dañados por una grave enfermedad que padeció hace algunos años, que le impide trabajar más de cinco o seis horas, cuando antes, hasta entonces, «trabajaba regularmente catorce horas. Todas esas circunstancias», concluye, «me hacen mirar con un poco de lástima la cantidad de trabajo que tengo almacenado y no ordenado para publicación».