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El régimen de Pinochet continúa violando los derechos humanos

Continúan produciéndose en Chile violaciones de derechos humanos, a menudo de carácter grave, lo que exige una vigilancia permanente de la comunidad internacional, según señala el grupo especial investigador de las Naciones Unidas, sobre la situación de los derechos humanos en Chile. Su informe, hecho público ayer, deberá examinarlo y debatirlo la XXXV sesión de la Comisión de los Derechos Humanos de la ONU, a partir del próximo martes.

El informe, elaborado durante la segunda quincena de enero, indica que en 1978 hubo más detenciones por razones políticas que en 1977, lo que conduce al grupo a la conclusión de que se ha registrado en Chile un deterioro de la situación particularmente en ese área.Las personas detenidas, ya sea individualmente o en pequeños grupos, son generalmente conducidas a lugares desconocidos, para sus interrogatorios, durante los cuales. son sometidas a torturas y a otros malos tratos en el período de detención que precede a la presentación ante los tribunales, indica el informe.

Sobre la naturaleza de las torturas, el grupo informa que las personas son golpeadas y sometida! a una variada gama de otras violencias psíquicas, y se da como ejemplo el caso de detenidos que ha sido colgados de los brazos o de los pies y -según distintos testimonios-, se les aplica corriente eléctrica, lo que constituye una de las formas de tortura más usuales.

El grupo investigador afirma asimismo haber recibido de fuentes dignas de crédito informaciones sobre diversas formas de intimidación: pesquisas durante la noche, interrogatorios sobre actividades de orden político o humanitario, vigilancia ostensible ejercida sobre los ciudadanos y domicilios. También en estesector de la violación de los derechos humanos existe un deterioro en 1978 en relación al año precedente, según el informe.

El tema de los desaparecidos, no resuelto

El grupo investigador da, asimismo, relevancia en el documento al problema no resuelto de los ciudadanos detenidos después del golpe militar de 1973 y cuyo paradero se desconoce, los denominados «detenidos-desaparecidos», afirmando al respecfo tener pruebas indiscutibles relativas a la detención y desaparición en el caso de seiscientas personas.Otro capítulo del informe se refiere a las restricciones totales de los derechos sindicales, ilustradas por la disolución de sindicatos, destrucción de sus organismos y prohibición de toda actividad que las autoridades puedan calificar de política.

En materia de derechos a la protección civil, el grupo investigador concluye que los tribunales chilenos se niegan todavía a utilizar los poderes que tienen para proteger a los ciudadanos chilenos contra las detenciones arbitrarias, detenciones ilegales, torturas y malos tratos por parte de los agentes de seguridad, negándose, por otra parte, a juzgar a las personas responsables de las torturas infligidas a los detenidos.

Finalmente, el grupo da fe de los hallazgos de cadáveres no identificados (el informe terminó de redactarse a fines de enero), y hace ver en otro capítulo su profunda inquietud por la situación que enfrentan los indios mapuches en Chile.

En el capítulo de las recomendaciones, el grupo investigador recomienda a la Comisión de los Derechos Humanos de la ONU que pida al Gobierno chileno poner fin al estado de sitio y al estado de urgencia.

En una nota dirigida a la secretaría del Departamento de Derechos Humanos de la ONU, el Gobierno del general Pinochet sostiene que el informe oculta o deforma los hechos esenciales de la vida chilena.

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